Tercer libro de Froilán González
y Adys Cupull sobre el revolucionario cubano
Difunden datos inéditos sobre el asesinato de
Mella
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Disfrazado de crimen pasional, el asesinato del dirigente
cubano Julio Antonio Mella, ocurrido en México en 1929, se recuerda
más como una anécdota en la vida de la fotógrafa Tina
Modotti que como un homicidio político que involucró a la
dictadura de Gerardo Machado y el gobierno de Estados Unidos.
Mella ''era un líder incómodo" para Washington
y La Habana, afirma el investigador cubano Froilán González
quien, junto con su esposa y también investigadora Adys Cupull,
escribió Julio Antonio Mella en medio del fuego. Un asesinato
en México (Ediciones El Caballito), que se presentó este
jueves en Casa Lamm.
En
este volumen, el tercero que escriben sobre Julio Antonio Mella, los investigadores
dan a conocer documentos inéditos que descubren el entramado político
tejido antes y después del asesinato del dirigente estudiantil y
uno de los fundadores del Partido Comunista en Cuba.
Para contar la historia, González y Capull tuvieron
acceso a documentos confidenciales, hasta ahora, del archivo histórico
de la Secretaría de Relaciones Exteriores, del Archivo General de
la Nación y de fuentes cubanas. A lo largo de 16 capítulos
los autores del libro presentan ''informes de la embajada de México
en La Habana dirigidos a la Secretaría de Relaciones Exteriores,
la respuesta de la cancillería a su embajador, los informes del
embajador cubano en México, la respuesta de la cancillería
cubana, los informes de Washington", entre otros y revelan además
la forma en la que se fue creando un estado de opinión contra Mella
y sus aliados en el país.
En defensa de Latinoamérica
En esos documentos, agrega Froilán González,
se advierte la insistencia de los estadunidenses de que había que
acabar con Mella, quien no sólo se enfrentó a la dictadura
de Machado; ''tal vez eso no sería tan importante como haberse enfrentado
al imperialismo estadunidense, al dominio de Estados Unidos sobre la economía
y la sociedad cubanas", y explica que un año antes del asesinato
se realizó en Cuba una reunión panamericana que, si se analiza
lo que se proyectaba en ese encuentro y lo que planea el ALCA (Acuerdo
de Libre Comercio de las Américas) hay muy poca diferencia.
''Desde México, con los mexicanos, Mella llevó
la voz contra esa reunión, a la que asistió el presidente
estadunidense (Calvin Coolidge), y en la que la delegación mexicana
encabezó el liderazgo contra las pretensiones estadunidenses. La
presencia de Mella, defendiendo el derecho de los latinoamericanos y especialmente
de México, era incómoda al imperialismo estadunidense."
El asesinato de Mella, el 10 de enero de 1929 en la calle
Abraham González, causó descontento entre intelectuales,
estudiantes y obreros, quienes demandaron al gobierno mexicano la ruptura
de relaciones con Cuba. Sin embargo, ''la diplomacia mexicana fue sumamente
hábil, cuidadosa. Manejó el conflicto con cultura y gran
capacidad", declaró González. Al respecto, Adys Cupull señaló
que ''México queda bien parado desde el punto de vista de las relaciones
entre ambos países, y cómo éstas no se rompen a pesar
de la crisis".
Los investigadores van más allá al comprobar
que Tina Modotti, amante de Mella, no tuvo relación con el crimen,
como se pretendió hacer creer en un principio, y dan los nombres
de los homicidas. ''Hablamos de los 'malos'. Están los asesinos,
por qué actuaron y cuál fue su final" entre esos nombres
se encuentran los de Gerardo Machado, el dictador; Santiago Trujillo, artífice
del plan; José Agustín López, quien disparó
el arma, y del resto de los cómplices. Así como las versiones
de testigos que, en esa época, ''fueron presionados y amenazados,
pero que finalmente se atrevieron a declarar".