Almodóvar, León de Aranoa, Trueba y Sánchez Gijón tildan de fascista al gobierno español

Cineastas y actores critican ataques de Aznar a la libertad de expresión

Más de dos mil personas del gremio se manifestaron fuera de la sede del Congreso

''Más cultura y menos censura'' y ''No más sangre por petróleo'', algunas de las consignas

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 5 de febrero. El gremio del cine español está más unido y molesto que nunca ante lo que llaman "ataques a la libertad de expresión" y "actitudes fascistas" por parte del gobierno español, del conservador José María Aznar, que arremetió contra la presidenta de la Academia, Marisa Paredes, por la gala de entrega de los Premios Goya del pasado sábado, que se convirtió por voluntad de los propios premiados en un alegato contra la guerra en Irak.

Actores, productores y directores de cine y de teatro llevaron su protesta a las calles y al mismísimo Congreso de los Diputados, donde se ordenó el "desalojo de la tribuna" de algunos de los invitados a la sesión de control al Ejecutivo después de que gritaron consignas y mostraron sus camisetas con el reiterado mensaje de "No a la guerra".

Durante la ceremonia de entrega de los galardones, emitida por la televisión pública española, además de lanzar un mensaje antibelicista, los cineastas criticaron la gestión del gobierno español durante el desastre ecológico y socioeconómico creado a raíz del hundimiento del buque petrolero Prestige. Prácticamente todos los premiados aprovecharon los reflectores y las cámaras para repetir hasta saciedad un idéntico mensaje: "No a la guerra", máxime cuando el mandatario español se ha convertido en uno de los personajes principales en el escenario internacional de la estrategia belicista de George W. Bush.

Tras las reiteradas críticas a la presidenta de la Academia, a la que incluso se exigió su dimisión por los avatares de la gala, respondió el gremio con mensajes rotundos al gobierno y a los "productores reaccionarios". El cineasta español Pedro Almodóvar manifestó su total apoyo a Marisa Paredes en una carta publicada en el diario El País, en la que además sostiene que "la presidenta y el resto de los premiados y presentadores se hicieron eco de una realidad que está en la calle, e hicieron uso de un derecho esencial: la libertad de expresión".

El autor de Hable con ella y Todo sobre mi madre añadió que "como espectáculo televisivo, la gala del sábado puede ser evaluada de distintos modos, pero lo que es incontestable es la crítica a la política del Gobierno en lo referente a la guerra contra Irak. Los cómicos queremos la paz y se utilizó el medio más idóneo, la primera cadena de televisión, es decir, la televisión de todos. En vez de poner el grito en el cielo, el Gobierno debería prestarle oído a sus ciudadanos, que, cada vez en mayor cantidad y de modo inequívoco, se manifiestan en contra de su apoyo a Bush en este maldito asunto".

El también director español Alex de la Iglesia expresó su "asco y preocupación ante las presiones que están ejerciendo sobre ella (en referencia a Paredes). Todo esto es un ejemplo más de cómo el país se está convirtiendo en un país rancio, conservador y que la gente del Partido Popular (PP, derecha) está cada día abandonando más las posiciones de centro, pasando a la derecha y de ahí a posturas dictatoriales".

La que fuera presidenta de la Academia, la actriz Aitana Sánchez Gijón, dijo por su parte que da su respaldo absoluto a Paredes y que "igual el que tendría que dimitir es Eduardo Campoy (productor que pidió la renuncia), que deberá dar explicaciones a la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (FAPAE). Su actitud es de un servilismo al PP increíble, indecente, alucinante: puro fascismo".

Fernando León de Aranoa, el gran triunfador de la gala de los Goya, al obtener cinco premios por su película Los lunes al sol, sostuvo que "hay que dejar de aceptar que la política sucede sólo dentro del Parlamento, yo creo que se hace dentro pero se consume en la calle, por eso tenemos derecho a quejarnos, lo que se hace en el Parlamento no nos gusta. Que nos traten de negar el derecho a la palabra, que es lo único que tenemos y además es nuestra única arma, es muy malo y no estamos dispuestos a consentirlo".

Mientras que Fernando Trueba, autor de El embrujo de Shangai, manifestó que "vivimos un momento en la historia en donde la libertad de expresión prácticamente ha desaparecido, cualquier ciudadano tiene derecho a decir lo que quiera y donde quiera. Poder criticar al Gobierno es lo más sano. Hay que respetar que cada uno piense lo que quiera, esto es una mierda si uno no puede expresar lo que quiera".

Mercedes Sampietro, actriz galardonada con un Goya a la mejor interpretación femenina del año, señaló por su parte que "lo sucedido en la gala de los Goya ha sido el pistoletazo de salida, y la reacción una vergüenza, que supone un retroceso de muchos años en España". La actriz Rosa María Sardá afirmó por su parte que "estamos en una democracia, o eso se supone, y por tanto tenemos todo el derecho a opinar sobre los temas que nos conciernen. Pero a este paso vamos a tener que desempolvar otra vez la pegatina de la libertad de expresión." El actor Imanol Uribe, uno de los protagonistas de una de las series más popular de Televisión Española, afirmó que "el gobierno ha perdido los papeles, lo único que se hizo fue manifestar su postura en contra de la guerra. Tengo la sensación de que estamos en tiempos de Franco y no en un país democrático y libre. Se han quitado la careta y se ha descubierto el pastel".

El cantautor canario Pedro Guerra también se sumó a las críticas al gobierno, al defender la forma de actuar de la Academia y apuntar que "aunque el gobierno esté empeñado en decir que en España existe una democracia y libertad de expresión muy grande, la realidad es que no se puede hablar de nada, sobre todo, en la televisión pública".

Protesta en el Congreso

El malestar por los envites del gobierno para cercenar la libertad de expresión en el gremio del cine llegó hasta el hemiciclo y a las propias puertas del Congreso español, donde unas dos mil personas, la mayoría dedicados al cine y al teatro, se concentraron con pancartas contra la guerra.

Rodeados por un hermético cordón policial, los actores gritaron consignas contra el gobierno español, entre las más recurrentes eran "esto nos pasa, por un gobierno facha", "no más sangre por petróleo" y "más cultura y menos censura". Entre los asistentes a la concentración se encontraban Javier Bardem, Victoria Abril, Guillermo Toledo, Javier Cámara, Ernesto Alterio, Adriana Ozores y Loles León, entre otros.

Después de varios conatos de enfrentamiento con los agentes antidisturbios, que mostraron una actitud rígida, Bardem leyó un comunicado en representación del gremio en el que señaló que "Aznar y Bush han decidido salir a matar, por eso estamos aquí, para que nos oigan alto y claro ante el blindaje del Parlamento".

En el interior de la sede parlamentaria, un grupo de ocho actores que decidieron mostrar sus camisetas con el mismo mensaje de "No a la guerra" durante la segunda comparecencia de Aznar fueron desalojados del recinto, al que accedieron por invitación de las formaciones de la oposición. Antes de su ingreso, los actores fueron cacheados con minuciosidad y les negaron ingresar al hemiciclo con broches contra la intervención bélica. Entre los actores desalojados se encontraban Ana Belén, Pilar Bardem, Gran Woyming, Amparo Larrañaga y Juan Echanove.