Las sociedades de convivencia ya son ley en el DF

Mario Alberto Reyes y Christian Rea Tizcareño | Desde las primeras horas de la mañana del 9 de noviembre, dos grupos ocupaban la esquina de Allende y Donceles, afuera de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Frente a frente, pero empeñados en diferenciarse entre sí. A la izquierda, sobre Allende, los opositores —grupos religiosos en su mayoría—; a la derecha, sobre Donceles, el júbilo de los que esperaron por seis años para que los legisladores tuvieran la voluntad política de reconocer sus derechos. Los diputados aprobarían para esa tarde la Ley de Sociedades de Convivencia, y con ella el primer paso para que las parejas de personas del mismo sexo cuenten con certeza jurídica.

Una valla policiaca dividió a los contingentes, que nunca llegaron más allá del intercambio de consignas. Cuando comenzaron a llegar los diputados al recinto, un pastor evangélico gritaba: “Venimos a manifestar nuestra oponencia (sic). Matrimonio significa dar frutos, no adoptar gatos o perros. Estamos por la defensa de nuestros hijos. ¡Producto de la unión de hombre y mujer, conforme a la naturaleza divina, y no conforme al vulgo de la carne y la promiscuidad!”.

Al interior de la ALDF, los legisladores de todos los partidos aún cabildeaban, pero los amarres parecían establecidos desde días atrás. Los panistas trataron de aprobar una moción suspensiva, tal como lo hicieron en 2003. Pero no lo lograron. El panista Ezequiel Retiz alegó “graves deficiencias técnicas en el dictamen” para que se devolviera a comisiones. Los del PRD y Alternativa escuchaban con sonrisas discretas. La bancada de Retiz parecía ya resignada ante la aprobación de lo que para ellos es una “ley gay”. Arriba, en el graderío de la Asamblea, grupos a favor, numerosos, y en contra, discretos, seguían la discusión. Cuando el PAN fracasó en su intentó de posponer la discusión, los grupos religiosos de plano cedieron las gradas y la calle.

La discusión pública en los días previos hacía previsible la derrota conservadora. Las voces en contra fueron las de siempre —voceros y obispos católicos, grupos pro vida y “a favor de la familia”— pero ahora no tuvieron respaldos importantes. Incluso el obispo de Saltillo, Raúl Vera, se dijo a favor de regular las uniones entre homosexuales, aunque separadas del matrimonio. “No se les puede marginar”, señaló. El cardenal Norberto Rivera, arzobispo primado de México y la figura más poderosa de la Iglesia en México, se olvidó de atacar la propuesta hasta después de su aprobación, cuando apenas atinó a lamentarse: “A toro pasado ya para qué me pronuncio”.

Victoria en las calles y en el debate
La propuesta panista de suspender el debate fue rechazada. Al momento de emitir su voto, el perredista Avelino Méndez ondeaba una bandera arcoiris, símbolo del colectivo LGBT. El debate sobre la Ley de Sociedades de Convivencia estaba abierto. Enoé Uranga, principal impulsora de la ley desde que fuera asambleísta hace tres legislaturas, caminaba entre las curules para amarrar acuerdos, así consiguió que el Partido Verde dejará solo al PAN y decidiera abstenerse.

En tribuna los argumentos en contra corrieron a cargo de la panista Paula Soto, quien aseveraba que la ley no era necesaria, “porque para convivir no se requiere de una ley, ya que los seres humanos somos sociables por naturaleza”. La discusión se prolongó por algunas horas, pero la decisión estaba tomada. El momento climático fue el discurso de Víctor Hugo Círigo, líder de la mayoría perredista, quien dejó claro que su partido no volvería a ceder, como lo hizo seis años atrás: “Es un logro de esa encomiable y aleccionadora lucha de la diversidad sexual por construir una sociedad incluyente que respete la libertad de sus miembros a ser como son, sin estigmatizaciones, rechazos ni exclusiones”.

A las 3:35 de la tarde, con 43 votos a favor, 17 en contra y 5 abstenciones triunfo la iniciativa ciudadana. Con gritos de “¡Sí se pudo!”, adentro y afuera del recinto, integrantes de la comunidad de la diversidad sexual celebraban. Confeti, batucada, abrazos, besos, lágrimas y gran cantidad de banderas arcoiris ondeando. Para la tarde, el contingente se retiró, tan visible como siempre, pero con el regocijo de que se dio un paso más en el reconocimiento legal y el respeto a sus derechos.

Salud se compromete a continuar lucha contra el sida

NotieSe | Si no se cuenta con el dinero suficiente para la prevención del sida, “México será el primer país del mundo en retroceder en la lucha contra el sida y no podremos cumplir la Meta del Milenio que plantea reducir la epidemia para 2015”, consideraron activistas durante el acto oficial por el Día Mundial del Sida, celebrado el 28 de noviembre pasado. En el evento estuvo presente el nuevo secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, quien se comprometió a seguir el trabajo realizado en materia de VIH/sida. “Los programas de sida representa prácticamente un dos por ciento de todo el presupuesto de la Secretaría, y es sólo una enfermedad (sic). Si eso no es una muestra de preocupación, no sé cuál pueda ser una buena muestra”. Sobre las dudas que generó su perfil, considerado conservador, entre miembros de la sociedad civil, Córdova marcó una división entre sus convicciones y su labor pública. “No los voy a defraudar”, prometió, pues su gestión será “profundamente científica”.

Sida y "grupos de riesgo" 
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Personal de salud que cree que la homosexualidad es la causa del VIH/sida

Fuente: “El estigma asociado al VIH/sida: el caso de los prestadores de servicios de salud en México” 2006. Investigación publicada en Salud Pública de México, vol. 48.