Contaminación de mantos freáticos en Cancún
Clicerio
E. Cedillo
Desde
hace cinco años, el agua del subsuelo en la ciudad de Benito
Juárez (conocida mejor como Cancún), así como
en sus delegaciones Alfredo V. Bonfil y Puerto Morelos, no sirve
ni para lavar ropa por el alto grado de contaminación que
presenta. Sin embargo, es la misma que miles de familias, carentes
del elemental servicio, utilizan diariamente en sus actividades
cotidianas extrayéndola de pozos artesanales.
De acuerdo a investigaciones
del doctor Mauricio Cecilio Domínguez Aguilar, especialista
del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN
(Cinvestav), así como de José Zaldívar Pérez,
presidente de Fundación Ámbito Caribe, cada año
más de 14 mil toneladas de heces fecales son filtradas al
subsuelo, mientras que más de 11 millones 250 mil metros
cúbicos de aguas residuales contaminan los mantos freáticos
a consecuencia de fugas en las redes de drenaje administradas por
Aguakán, en Benito Juárez.
De no corregirse esta
situación se pone en peligro la salud de la población
de escasos recursos al menos 200 mil personas asentadas
en colonias irregulares en la periferia de Cancún y las delegaciones
antes mencionadas, entre las cuales, según Zaldívar
Pérez, se incrementa hasta en 20 por ciento anual las afecciones
en la piel y los males gastrointestinales y, al mismo tiempo, se
atenta también contra la principal fuente de ingresos del
municipio: el turismo y sus playas.
Zaldívar expuso
la gravedad del problema durante el IV Foro Mundial del Agua celebrado
en la Ciudad de México el año pasado. Allí
reveló que el agua del subsuelo en Cancún presenta
un color amarillento y olor fétido, debido a la alta concentración
de materia fecal y otros contaminantes como detergentes y grasas.
Lo anterior, en base
a testimonios de habitantes de la zona de Bonfil, donde abundan
las porquerizas y caballerizas hasta con 150 animales, cuyos desechos
van a dar al subsuelo.
En el caso de Puerto
Morelos es muy similar la consistencia y olor del líquido,
sólo que es la misma agua supuestamente tratada por la concesionaria
del servicio, Aguakán, a decir de Félix Ortiz, tesorero
de la Federación Turística de Quintana Roo y secretario
del Consejo de Promoción Turística de Puerto Morelos.
Problema ampliamente
reconocido
La contaminación
del agua no es asunto nuevo. Fue reconocido públicamente
por primera vez a fines del 2004 por el ex director de Participación
Ciudadana de Benito Juárez, Jaime Hernández Zaragoza.
Este problema, conocido
por la Comisión Nacional del Agua (CNA), la Comisión
de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) y la concesionaria Aguakán,
ya no se podía ocultar más y se dieron entonces los
primeros brotes de enfermedades gastrointestinales y en la piel.
Las zonas más
afectadas, principalmente, fueron y son las colonias marginadas.
Para Jaime Hernández
era un asunto de responsabilidad entre todas las autoridades y debía
ser atendido de inmediato, lo cual no fue así. Las protestas
y brotes de enfermedades se dieron primero en la Región 222,
la zona de Rancho Viejo y en los asentamientos como Tres Reyes,
El Pedregal, El Milagro, Valle Verde, Avante, Las Pencas y Santa
Cecilia, además de otros desarrollos de vivienda clandestinos
o irregulares. Todos en Cancún.
La falta de agua y redes
de drenaje en esos asentamientos obliga desde entonces a la población
de escasos recursos a utilizar el agua del subsuelo a través
de pozos que ellos mismos, sin saberlo, previamente han contaminado
al utilizar cenotes y huecos naturales en el suelo para eliminar
las aguas negras, detergentes y grasas, además de metales
pesados venenosos para el organismo.
Colonias como las antes
mencionadas han sido las más susceptibles a que sus habitantes
contraigan enfermedades cutáneas e intestinales debido a
la cercanía, entre casa y casa, de las fosas sépticas,
cuyos desechos orgánicos se filtran o conectan con los cauces
subterráneos de donde se extrae el agua a través de
pozos artesanales, sin que se dé tiempo a la eliminación
de los coliformes fecales.
Estos son microorganismos
con una estructura parecida a la de una bacteria común que
se llama escherichia coli y se transmiten por medio de los excrementos.
Se encuentran normalmente en el intestino del hombre y en el de
otros animales y hay diversos tipos de escherichia; algunos no causan
daño en condiciones normales aunque otros, según la
Secretaría de Salud, pueden causar hasta la muerte.
Sin drenaje más
de 200 mil personas
Según el especialista
del Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional, Mauricio
Cecilio Domínguez Aguilar, en su investigación, con
base en niveles de percepciones salariales, se desprende que más
de 200 mil personas en el municipio de Benito Juárez (donde
se ubica Cancún) dependen del 30 por ciento de la población
económicamente activa, con ingresos de entre uno y dos salarios
mínimos.
Son quienes, en su gran
mayoría, habitan en las zonas marginadas o colonias irregulares,
así como en las regiones ubicadas en las orillas de la ciudad,
carentes de drenaje.
En su investigación,
el especialista señala que 146 mil personas cuentan con redes
de drenaje pero no lo usan, lo que agrava la situación. Explica
también que once millones 250 mil metros cúbicos de
aguas residuales contaminan los mantos freáticos a consecuencia
de fugas en las redes de drenaje administradas por Aguakán.
Lo anterior es una muestra
de la gravedad del problema, de ahí que José Zaldívar
Pérez exhorte a las autoridades a tomar medidas drásticas
para resolverlo en forma integral. De lo contrario, afirma, se pone
en alto riesgo la principal fuente de sostenimiento económico
de la población de Benito Juárez, sin descartar a
municipios como Isla Mujeres, Cozumel y Solidaridad, donde la contaminación
avanza a pasos agigantados.
Benito Juárez,
añade Zaldívar, es el gran delta de los ríos
subterráneos de la península de Yucatán, donde
se ubica el mayor afluente del mundo con estas características,
debido a la porosidad del subsuelo y que lo hace sumamente susceptible
de contaminarse.
La solución, opina,
está en construir plantas de tratamiento en cada fraccionamiento,
colonia o región, porque ya resulta anticuado y hasta obsoleto
construir redes gigantescas de drenaje, que son poco funcionales
porque presentan innumerables fugas y se prestan a fraudes.
En este sentido, explica
que la capacidad de las tres plantas de tratamiento de Aguakán,
ubicadas en las Regiones 94 y 237 y la Caribe 2000, están
rebasadas debido a lo cual la concesionaria arroja directamente
al pozo las aguas servidas sin el correcto tratamiento.
La ley, cero a la
izquierda
La pregunta de cómo
frenar la grave contaminación se la hacen día con
día los ecologistas. Se responsabiliza a Aguakán por
ser la concesionaria. Pero no obstante de que se le subsidia y apoya,
ni así da una solución al problema.
El municipio de Benito Juárez cuenta con un reglamento de
Ecología y Gestión Ambiental publicado en el Periódico
Oficial del estado el 30 de junio de 1999 donde, según Zaldívar,
ahí está la clave. Este reglamento establece que la
Comisión Municipal de Ecología tiene, entre otras
obligaciones, evaluar las manifestaciones de impacto ambiental de
las obras y actividades públicas o privadas que se pretendan
realizar en el territorio municipal, que puedan generar deterioro
ambiental significativo, que sean de competencia municipal y que
sean presentadas a su consideración por la Dirección
General de Ecología (como las residencias y caballerizas
de Bonfil).
Añade el documento
que dentro de los primeros 30 días naturales de cada año
la Dirección General de Ecología Municipal deberá
presentar ante el ayuntamiento, para su aprobación, el Programa
Municipal de Gestión Ambiental.
En ese reglamento, el Artículo 52 señala que todas
las descargas de aguas residuales que se realicen en las redes colectoras
o los derrames e infiltraciones en los terrenos deberán satisfacer
las normas oficiales ecológicas aplicables, correspondiendo
a quien genere dichas descargas realizar el tratamiento que se requiere.
Tal vez por eso le tiran la bolita a Aguakán,
por ser la concesionaria, aunque no cumpla.
Surgen entonces varias
interrogantes: ¿Qué pasa con los fraccionamientos?
¿Por qué no construyen en cada desarrollosu propia
planta?
La tecnología
y biotecnología ya existen. Se debería readecuar el
convenio con Aguakán, al que se le subsidia y se le solapa
¿Por qué será?
En síntesis, las fracciones I a la IX de ese mismo artículo
que refieren que se debe cumplir con las normas oficiales que impidan
la contaminación del subsuelo, como ya antes se describió,
son sólo palabras.
En Benito Juárez,
esta ley es letra muerta o un cero a la izquierda que nadie toma
en cuenta. Nada se aplica al respecto desde hace 12 años,
coincidentemente con la entrega de la concesión a Aguakán,
convertido en la principal causa de la contaminación en las
zonas marginadas porque simplemente no cumple con su trabajo.
Finalmente, en los artículos
56 al 58 de ese mismo reglamento, se exponen las obligaciones de
los particulares que se ubiquen en zonas donde no esté disponible
el sistema municipal de drenaje y alcantarillado. Por supuesto,
no cumplen.
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