Sábado 15 de mayo de 2010, p. 14
Ensenada, BC, 14 de mayo. Lo sucedido en San Juan Copala, Oaxaca, donde una caravana de observadores de derechos humanos fue atacada, con saldo de dos personas muertas, se trata de pleitos arraigados, problemas de límites, usos y costumbres, incluso al margen de la ley
, señaló la procuradora de la entidad sureña, María de la Luz Candelaria Chiñas.
Entrevistada al término de la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, la funcionaria aseguró que en su entidad no existen grupos paramilitares, y dijo confiar en que la jornada electoral, que incluye la elección a gobernador, se realice de manera civilizada.
Señaló que Oaxaca es una población atípica, con 570 municipios y miles de localidades, lo que, aunado a su situación orográfica y geográfica, hace difícil la comunicación
entre autoridades, pero aseguró: se han hecho intentos de pacificación y en algunos momentos se han logrado avances e importantes acuerdos en las zonas más difíciles y de mayor distancia, como es el caso
de San Juan Copala.
Expuso que en la la zona triqui de la región mixteca, estos intentos de pacificación han consistido en la designación de mediadores para lograr acuerdos para el suministro y la prestación de servicios, además del establecimiento de mesas de diálogo para solucionar conflictos muy específicos, sobre todo por límites de tierras
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Abundó: el ataque a la caravana fue un aspecto que rebasó al gobierno porque las instituciones del Estado no conocíamos
que el viaje se iba a realizar; desconocíamos quién lo realizó y cuántos iban a ir. Si nos hubieran dado aviso, desde luego que les hubiéramos hecho ver que tomaran las precauciones debidas y correspondientes, porque los grupos étnicos allí están encontrados
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