Teherán, 21 de agosto. Irán comenzó hoy a cargar combustible en su primera central nucleoeléctrica con el apoyo de técnicos rusos, lo que le permitirá aproximadamente en un par de meses agregar la generación de mil kilovatios a su red de electricidad, un hito en el programa de desarrollo atómico de la república islámica, sometida a sanciones diplomáticas y de comercio militar por presiones de las potencias occidentales, que tratan de impedir que Teherán produzca su propio combustible de fisión.

La planta se ubica a 12 kilómetros al sureste del puerto de Bushehr, en la costa del golfo Pérsico, y forma parte de una decena de instalaciones especializadas en la investigación científica, la producción de materiales y la aplicación tecnológica de la energía atómica con fines pacíficos.

El gobierno iraní informó del comienzo de las operaciones de carga de las 165 barras de uranio enriquecido del reactor nuclear mediante la difusión televisiva de imágenes en vivo.

Ali Akbar Salehi, director de la Agencia Iraní de Energía Nuclear, y el titular de la energética Rosatom, Serguei Kiriyenko, vieron el momento en que la primera barra de uranio fue colocada en la máquina que será el alma de la generadora nucleoeléctrica.

Pese a todas las presiones, sanciones y limitaciones impuestas por países de Occidente, estamos siendo testigos de la puesta en marcha el mayor símbolo de las actividades nucleares pacíficas de Irán, afirmó Salehi en una conferencia de prensa posterior al inicio de las operaciones en el reactor. Rusia se ha hecho inmortal en la historia iraní, agregó.

El pueblo iraní esperó mucho este día, que tiene un gran significado simbólico, dijo a su vez Kiriyenko, quien además defendió el derecho de la república islámica al desarrollo de su propia tecnología nuclear con fines civiles.

La central de Bushehr ha sido desde 1992 un proyecto ruso-iraní, pero según información proporcionada hoy por Kiriyenko, las acciones de propiedad de la planta de Rosatom, repartidas en igual número que la parte iraní, pasarán paulatinamente a Irán. También la cantidad de técnicos y empleados rusos irá en descenso hasta quedar totalmente en manos de iraníes.

Kiriyenko garantizó que ni las barras ni el desecho del combustible nuclear podrán ser usados con fines militares debido a la supervisión y control de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), dependiente la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Bushehr comenzó a ser construida en 1975 mediante contrato establecido por el gobierno del entonces sha de Irán, Mohamed Reza Pahlevi, pero la revolución islámica de 1979 detuvo el proyecto. La guerra entre Irán e Irak, instigada por Estados Unidos en la década de los 80, provocó el deterioro de las instalaciones.

En 1995, Rusia asumió la reconstrucción, pero debido a problemas de pago de Irán, la habilitación e inauguración fue postergada continuamente desde hace 11 años.

Esta generadora nucleoeléctrica aportará los primeros mil de 20 mil kilovatios que Irán pretende generar con tecnología de fisión, a fin de remplazar el uso de petróleo y gas, en un plazo de 20 años.

Es, además, uno de los proyectos iraníes que menos quejas ha provocado de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia –tres de las cinco potencias con armamento atómico, junto a Rusia y China–, a los que se ha sumado Alemania.

La objeción de las potencias se centra en la producción autónoma iraní del combustible nuclear y ha sido la causa de que el Consejo de Seguridad de la ONU haya emitido seis resoluciones en las que cuestiona las actividades de Irán tendientes al desarrollo de sus capacidades tecnológicas para enriquecer uranio, que Teherán logró por primera vez en 2006.

Los pronunciamientos de la ONU han incluido cuatro rondas de sanciones diplomáticas, financieras y de comercio militar contra la república islámica, que tratan de impedir el acceso de entidades iraníes a materiales, equipos y tecnologías que puedan ser aprovechadas con fines bélicos.

La Guardia Revolucionaria, la principal rama de las fuerzas armadas iraníes, es el particular blanco de las determinaciones de la ONU.

Irán, a diferencia de Estados Unidos e Israel, que también se opone a las acciones iraníes, es signatario del Tratado de No Proliferación, aunque ha suspendido su compromiso y ha impedido en ocasiones el acceso de inspectores de la AIEA, en respuesta al fortalecimiento de sanciones.

Adicionalmente, Estados Unidos y la Unión Europea han emitido sus propias sanciones contra Irán, con el ánimo de ejercer mayor presión sobre Teherán.

El Departamento del Tesoro anunció ayer el inicio de una gira internacional de un grupo de funcionarios estadunidenses para advertir a países sobre las consecuencias de ignorar las sanciones comerciales a Irán, que principalmente se traducirían en la congelación de los servicios financieros de Estados Unidos con los gobiernos y las entidades que tengan acuerdos con las instituciones militares y nucleares iraníes.

Centros de desarrollo nuclear

El conflicto entre Irán y las potencias atómicas no ha impedido el desarrollo iraní en la investigación científica, la producción de materiales y tecnologías atómicas. Además de Bushehr, Irán dispone de las siguientes instalaciones:

–Isfahan. Planta de conversión de uranio.

–Natanz. Centro de enriquecimiento de uranio, actualmente con capacidad para enriquecer hasta niveles de 38 por ciento. Extraoficialmente se sabe que hay al menos 3 mil centrifugadoras dedicadas a este proceso.

–Karaj. Centro de enriquecimiento de uranio.

–Arak. Planta de agua pesada para el enfriamiento de reactores.

–Jondab. Fábrica de producción de agua pesada.

–Saghand, Anarak, Yazd y Gchin. Minas de uranio.

–Ahvaz. Central nucleoeléctrica en construcción.

–Bonab. Centro de investigación sobre energía atómica.

–Teherán. Centro de investigación sobre energía atómica.

–Bushehr. Sede de la Universidad de Energía Nuclear de Irán.