Después de tres fechas, un gran partido
El gol del Cubo Torres
uy poco que escribir había dejado el Clausura 2011, hasta que se enfrentaron Cruz Azul y Pumas en un duelo que, no hay duda, es un clásico del futbol mexicano.
En esos caprichos que a veces tiene el balón, en el pasado los Cementeros ostentaban una abrumadora supremacía sobre los auriazules, pero en la campaña anterior cambió el panorama y en este torneo los equipos se enfrascaron en un encuentro emotivo que cualquiera mereció ganar.
Pero más allá del resultado, es de destacar la reacción universitaria, lograda con agallas y buen futbol. Si La Máquina volvió a sacar la cartera para firmar a los foráneos Waldo Ponce, Marcelo Palau y Hugo Droguett –quienes se unieron a los también costosos Chaco Giménez y Emanuel Villa–, el conjunto de la UNAM respondió con lo que debería ser el motor de nuestro balompié: las fuerzas básicas.
El conjunto auriazul no se reforzó –a pesar de que sufrió las severas bajas de Pablo Barrera y Efraín Juárez, quienes se congelan en bancas y tribunas europeas– y está dando oportunidad tanto a sus jóvenes como al técnico Guillermo Vázquez, por lo que el sábado ratificó que esta campaña siguen siendo un fuerte candidato.
Y no sólo da gusto ver a un mexicano encabezar la tabla de goleo –Juan Carlos Cacho, quien se esfuerza sobremanera por anotarle a su ex equipo celeste–, sino también es gratificante el primer tanto en el máximo circuito de Érick Torres, de quien afirman que es el sucesor del Chicharito Hernández.
Chivas anda en busca desesperada de un artillero. Ante la salida de Omar Bravo y la inconsistencia de Omar Arellano, el apodado Cubo tendrá sobre su espalda la gran responsabilidad de ser el hombre-gol del equipo más popular.
El pasado miércoles Torres cumplió 18 años y el sábado ante San Luis marcó en su primer partido como titular. En el futbol mexicano se festeja una presentación a esa edad, mientras en Sudamérica ya están consolidados en primera división y andan en busca del salto a Europa.
Si aquí ya se copió lo malo de las barras sudamericanas, debería imitarse lo bueno de dar adecuada oportunidad a los prospectos o el Chicharito seguirá siendo un hecho aislado y extraño.
Sin duda preocupan los tres empates del Guadalajara en este inicio de torneo, pero más debe hacerlo el hecho de ver casi vacío el hermoso estadio Omnilife. No hay duda: los aficionados tapatíos están molestos con la forma mercantilista en que Jorge Vergara maneja al chiverío.
Por cierto, esta semana Adolfo Bautista confirmó lo que era un rumor durante el Mundial de Sudáfrica: Javier Aguirre le avisó que sería titular ante Argentina con sólo un par de horas de anticipación, a pesar de que el Bofo no había entrenado con los titulares.
Pero el Vasco ya ni se acuerda de ese duelo que aún sigue causando escozor entre los aficionados mexicanos, y más ahora que su Zaragoza sumó otra victoria y que su jugador consentido, Guillermo Franco, encontró acomodo a los 36 años en el Vélez Sarsfield.
Los sorprendentes Zorros, de la mano de un Alfredo Moreno que recuperó el olfato goleador que mostraba desde que estaba en Boca Juniors, suman marcha perfecta, mientras Necaxa se sigue hundiendo sin que a nadie le importe.
Y si en Televisa no muestran interés por los desahuciados Rayos y el técnico Daniel Brailovsky anuncia que seguirá en la banca rojiblanca, su hermano América anda en las mismas.
Manuel Lapuente dijo que iban a hacer respetar su casa, pero de inmediato Tigres lo puso en su lugar. Todo se debe a que desde hace varios torneos la directiva americanista le ha faltado el respeto a sus aficionados con refuerzos de dudosa calidad y canteranos de bajo nivel, para conformar un equipo mediocre.
Vencer a las Águilas ya no viste, dijo y lo demostró Lucas Lobos, mientras el campeón Monterrey logró su primera victoria y José Luis Sánchez Solá, Chelís, tuvo un amargo regreso al estadio Cuauhtémoc.
