Puebla, Pue., 13 de febrero. Al presenciar la entrega del Parque Cultural Movimiento Estudiantil 1968, único espacio del interior de la República dedicado a recordar la matanza de Tlatelolco, la escritora Elena Poniatowska dijo sentir tristeza, primero por recordar la masacre de muchos estudiantes valientes, y luego por el ataque a la libertad de prensa cometido contra la periodista Carmen Aristegui.

Integrantes de la Brigada 68, grupo de académicos e investigadores poblanos que en aquellos años participaron en el movimiento estudiantil recibieron ayer en comodato este espacio, ubicado en la ciudad de Puebla, el cual servirá para mantener viva la memoria de los jóvenes acribillados durante el régimen del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Ante decenas de seguidores, quienes portaban carteles y mantas con las leyendas No más sangre y No tenemos que morir para ser escuchados, Poniatowska expresó que el país no está en su mejor momento, debido al narcotráfico y a la muerte de inocentes que han caído por el enfrentamiento entre el gobierno y los cárteles del narcotráfico.

Imposible no hablar de las mujeres, por su embate frente a los sucesos sangrientos, por la entereza de las madres al saber de la muerte de sus hijos en la guardería ABC o de la lucha de las indígenas zapatistas que buscan la igualdad ante los hombres, señaló entre aplausos.

Sobre el parque y la escultura realizada por el artista plástico Joaquín Conde, la autora de La noche de Tlatelolco, testimonios de historia oral, señaló que sirven de recordatorio para que los niños y los jóvenes sepan quién fue Díaz Ordaz, un hombre que no valía la pena, que como un padre enloquecido perdió el control y mató a sillazos a sus hijos.

En entrevista, recordó que México ha pasado por varios momentos claves: hace más de 40 años, con el movimiento estudiantil; cuando sucedió el terremoto de 1985 y ahora, con los ataques a los periodistas, a quienes el gobierno lucha por callar para que no hablen más sobre la corrupción, de Marcial Maciel o de Mario Marín.

La gente demandará su derecho

Advirtió que de no permitir la libre expresión, la mala obra se les va a voltear y revertir, ya que será la población la que demande su derecho a saber y a opinar.

Entre porras y voces que la llamaban ¡Elenita, Elenita!, la cronista caminó hacia el centro de la plaza donde fue colocada una placa conmemorativa: Recuerdo de la visita de Elena Poniatowska, cuya conciencia crítica e integridad moral, iluminarán la noche de Tlatelolco a las futuras generaciones.

Aurelio Fernández Fuentes, integrante de la Brigada 68 y director de La Jornada de Oriente, recordó que, como Carmen Aristegui aclaró la semana pasada, su salida de MVS Radio no sólo se debió a la presión de la Presidencia, sino también a los poderes fácticos que corresponden a las televisoras, “empresas que realmente gobiernan al país.

“Lo sucedido a Carmen –aseguró– representa la lucha por la libertad de expresión, por lo que su defensa es la de todos los medios de comunicación.”

Con las consignas: ¡Que viva Elena!, ¡Que viva Carmen! y ¡Que viva el periodismo libre e independiente!, los asistentes celebraron la entrega de este espacio, que servirá como centro de recreo para los habitantes de la zona. Allí, el próximo 10 de junio se recordará el Halconazo de Echeverría, episodio de represión que sucedió en 1971, en el que estudiantes fueron violentamente reprimidos por los halcones, grupo paramilitar al servicio del Estado.