El percance, producto de las condiciones de alta nubosidad, insiste Pérez-Jácome
Al año, 11.1 accidentes aéreos, estamos dentro de la norma internacional
, dice Felipe Duarte
Martes 15 de noviembre de 2011, p. 14
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Dionisio Pérez-Jácome, informó que a tres días de haber iniciado las investigaciones sobre el percance aéreo en que murieron el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, y siete personas más, se tienen elementos que fortalecen la hipótesis de que fue un accidente producto de las condiciones de alta nubosidad y de que el helicóptero viajara a toda su potencia, por lo que no se percibe intento de aterrizaje ni hay indicios para pensar en ningún otro evento.
El director general adjunto de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), Rodrigo Olivares Castro, señaló que están plenamente ciertos
de las condiciones meteorológicas de la mañana del viernes pasado, que fueron nublado a 2 mil pies de altura y cerrado a 8 mil pies
.
Precisó que los helicópteros realizan sus vuelos con rutas visuales, las cuales son total decisión de los pilotos, por lo que la tripulación del TPH-06 despegó en condiciones adecuadas y conforme fueron cambiando pudieron tomar la decisión de regresar o cambiar de dirección.
El director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Gilberto López Meyer, informó que ya contactaron con la tripulación del helicóptero que pasó por una ruta cercana a la de la aeronave en que viajaba Blake Mora.
Era un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública que iba rumbo a Tlalpan, y confirmó que conforme se acercaban a la ruta serrana se reducía la visibilidad
, expresó.
Confirmó que el TPH-06 tuvo una falla durante un viaje a Colima, como difundió un familiar del piloto. Fue una luz roja que se encedió y obligó a hacer una prueba del piloto automático, y se solucionó el problema, pero de ninguna manera habría sido factor de influencia en el accidente
, aseguró.
El subsecretario de Transporte, Felipe Duarte, explicó que el índice de accidentes aéreos en México es de 11.1 por año o 4.5 por cada cien mil horas de vuelo, lo que nos tiene dentro de la norma internacional
.
López Meyer hizo una descripción de la manera en que se impactó la aeronave según se desprende de los primeros resultados de las investigaciones, los cuales permiten suponer que hubo múltiples contactos
. Dijo que hasta ahora se sabe que probablemente volaba a 9 mil 200 pies del nivel medio del mar, y a una inclinación de siete a 30 grados.
El primer impacto, afirmó, habría sido contra una parte del cerro, de frente, con la parte baja de la cabina, pero habría seguido avanzando para chocar por segunda ocasión, esa vez con algunos árboles que habrían sido cortados por el rotor principal.
Los investigadores suponen que el helicóptero rotó en repetidas ocasiones y 25 metros más arriba perdió el fuselaje y los ductos de aire que iban abiertos, lo cual indicaba que operaba a toda su potencia, y eso elimina la posibilidad de que el piloto haya intentado aterrizar.
Señaló que entre los árboles cortados por el rotor principal y el lugar en que quedó el resto de la aeronave hay unos 150 metros lineales. En ese tramo hubo otro contacto en el que el aparato perdió la cola y el rotor.
La cabina quedó totalmente destruida, al igual que las palas del rotor principal, y quedaron expuestos algunos componentes. El grado de destrucción de las palas del rotor permiten saber que iba a alta velocidad
, señaló.
Pérez-Jácome anunció que una vez que se concluya esta investigación se determinará si es necesario hacer ajustes a la regulación mexicana para tener condiciones de aeronavegabilidad y garantizar condiciones de seguridad.