Huexca, Yecapixtla, Mor., 7 de julio. Reunidos en una comunidad en resistencia contra la instalación de un gasoducto y una termoeléctrica en el oriente de Morelos, integrantes del movimiento #YoSoy132 de 69 universidades y representantes de 14 entidades asistentes al primer Encuentro Nacional Estudiantil profundizaron su análisis sobre los ejes centrales de su plataforma de lucha y su crítica a los modelos neoliberales de educación, comunicación, salud y seguridad pública.

Organizados en ocho mesas de trabajo, demandaron que los medios de comunicación, en particular los electrónicos, no manipulen. Queremos una televisión que no mienta ni transmita telebasura a todos los rincones del país, pero sobre todo que no pretenda imponernos un presidente.

También pugnaron por nuevos mecanismos de asociación estudiantil y vinculación con la sociedad, así como por mantenerse unidos más allá de la coyuntura electoral e ir organizando la transformación del país, porque gane quien gane seguiremos cuestionando el sistema político vigente y su precaria democracia.

Necesitamos una televisión, insistieron, que transmita sueños, ciencia, información veraz; que sea inteligente, incluyente, libre, insólita y sabia.

Hubo quienes demandaron no sólo cuidar la creación de una tercera cadena, sino exigir e impulsar una ley de contenidos para medios de comunicación, en particular electrónicos, con el fin de evitar que más de la mitad de su programación la dediquen a desinformar, transmitir telenovelas misóginas y mentirosas o vender la vida privada de la farándula.

Asistentes de escuelas y facultades estatales fueron la voz autocrítica. Llamaron a #YoSoy132 a no tener una visión de que somos el único movimiento ni caer en el error de otras organizaciones que sueñan con transformar al país, pero no salen de la ciudad. Si queremos un país diferente tenemos que ir donde están los campesinos, los indígenas, los obreros y los ciudadanos organizados, no para decir qué hacer, sino para sumarnos con ellos, porque, advirtieron, ante la intención de imponer a Enrique Peña Nieto se requiere de unidad, porque no será una lucha de seis meses, sino de años.

Los estudiantes, en su mayoría de universidades públicas, insistieron en el llamado a organizar caravanas del movimiento #YoSoy132 para que acudan a distintos puntos del país, pero también a crear una coordinación que vincule los movimientos del norte con los del sur, y del centro con todos los estados, porque no todo es como en el Distrito Federal; hay entidades donde es muy duro salir a la calle y protestar.

Decenas de jóvenes se pronunciaron por fortalecer la relación con las organizaciones, incluidos los sindicatos y los grupos campesinos en resistencia contra los megaproyectos que destruyen ecosistemas y la riqueza biológica y natural de México.

También plantearon reforzar las relaciones con maestros, y sobre todo, consolidar su vinculación con los grupos estudiantiles estatales. Se propuso, sin alcanzar consenso, que el movimiento sea abierto a todas las fuerzas, como Morena.

Una demanda constante fue convocar a la organización ciudadana. Se propuso crear asambleas en barrios, municipios y localidades, impulsar la integración de frentes o coordinadoras de lucha, establecer brigadas informativas y de alfabetización política de la población.

Hubo quienes propusieron medidas más radicales, como la toma de medios de comunicación, el bloqueo de vías de comunicación y de instituciones públicas federales y estatales, aunque hubo poco eco para esas iniciativas.

Instalados en el auditorio de la comunidad, en el kiosco, en canchas de futbol, en la telesecundaria y en el prescolar de Huexca, integrantes del colectivo estudiantil también analizaron cómo enfrentar y transformar un modelo económico neoliberal, así como un sistema educativo, científico y tecnológico que no responde a las necesidades de conocimiento e información que demanda la población.

Salud y seguridad pública fueron otros temas abordados. Las conclusiones se darán a conocer este domingo, al igual que el balance de las propuestas sobre la integración de una organización o federación nacional estudiantil.

Hasta el cierre de esta edición, estudiantes y representantes de 25 organizaciones sociales continuaban debatiendo los ejes de su plataforma de lucha, cuyas conclusiones darán a conocer hoy.