Devastaciones
Paradoja del golpe de Estado suave
en Paraguay: mejora cualitativa del Mercosur
Adiós mamá Carlota
Inusitado
La luz en la Ciudad Lux
Vacaciones de verano
Los toros, otro tema que se prohibieron los candidatos
egún fuentes de la Procuraduría General de la República, podrían demorar más de tres meses las investigaciones, a cargo de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), por la presunta compra de votos con tarjetas de la cadena de tiendas Soriana.
No se conquista la democracia en un día
l fraude estaba anunciado y con toda seguridad el recuento ofrecerá los mismos resultados favorables al PRI.
partir de la distinción recibida del licenciado Andrés Manuel López Obrador, para encabezar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de asumir él la Presidencia de la República, me di a la tarea de informarme sobre el estado de las cosas en el Sector. Panorama desolador, por cierto, en todos los ámbitos de esta malhadada secretaría.
stas no fueron elecciones reales, sino una farsa, un fraude, como en 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas y en 2006 contra Andrés Manuel López Obrador. El fraude masivo y refinado lo prepararon desde 2006, para reafirmar la cláusula ad excludendum: hay gente con que no y no, pues no. El recuento, ¡oh sorpresa! sólo va a modificar algo los porcentajes, pero el IFE le va a responder a Morena: ¡les siguen ganando, les siguen llevando un jopo de diferencia, ¡lástima Margarito!
a cantidad de irregularidades de estas elecciones ha sido enorme. Hemos mencionado sólo algunos ejemplos. Pero lo que esto nos plantea es ¿Cómo resolverlaS? Un ejemplo de un escrito de la primera revisión de documentos:
uando llegué a México, el 26 de julio de 1940, gracias a la generosidad del general Lázaro Cárdenas, pensé que estaba en un país de izquierda, librepensador. No tardé mucho en darme cuenta de que estaba equivocado. Las conversaciones con mis compañeros mexicanos en el Instituto Luis Vives pronto me hicieron pensar que la primera impresión era errónea. Y cuando tomó posesión como presidente el general Ávila Camacho y su esposa promovió el año de la Virgen de Guadalupe, confirmé mis temores de que la primera impresión no tenía fundamento. Por el contrario, a pesar de Benito Juárez y sus leyes de Reforma, el catolicismo del país era su condición más evidente. Y el derechismo le venía de la mano como consecuencia natural.
creditado quedó el derecho de López Obrador para aceptar el veredicto de las urnas una vez que lo hubiera y los órganos prescritos por la ley lo consagraran. Acreditado ha quedado también el extraño desempeño de más de una encuestadora cuya consistencia parece no haber sido de este mundo. Y acreditado fue que en México se mueve y crece una ciudadanía que no pide permiso a nadie para expresarse, votar, echar por la borda mil y una proyecciones, nada ociosas pero sí perniciosas, para redefinir la geografía política de México, no concederle a nadie una mayoría prestablecida y poner en jaque los planes, los intereses y las ambiciones de más de un pretendiente a la política y el pensamiento únicos de las fantasías liberistas y la nostalgia autoritaria trasnochada.
ndependientemente del resultado de las elecciones, me había comprometido en este espacio generoso de La Jornada a profundizar el señalamiento que formulé hace unos días en torno a lo que –considero– son las tres demandas fundamentales de la sociedad del México de hoy: 1) empleos, pero empleos buenos y bien remunerados; 2) educación, pero educación extensa y de muy buen nivel; 3) seguridad, pero sustentada en la estabilidad, el conocimiento y la confianza sociales. Permítaseme añadir hoy lo que llamaría la cuarta demanda, fundamental, incuestionable, ineludible y esencial.
s difícil pensar en un lugar que ofrezca por sí solo todos los gozos que puede proporcionar la cultura: artes plásticas, música, literatura, ópera, danza, teatro y de pilón comida sabrosa. Aquí. en la puerta de entrada al Centro Histórico lo tenemos: el Palacio de Bellas Artes. Es la joya del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) que, desde su creación en 1946, ha buscado promover las bellas artes en sus diversas manifestaciones. Su labor incluye la educación e investigación artísticas, y la preservación y conservación de nuestro patrimonio artístico.
i pienso por qué antes del amanecer hoy y no ayer o mañana me levanto segura al fin de que quiero debo escribir sobre las Memoirs from a Madhouse (Memorias de un manicomio), de Christine Lavant, en la reflexión decisión he de incluir el episodio extraído de la historia de la vida de manicomio que fue para mí votar en México bajo la lluvia. El desorden, la incomodidad, los charcos, el amontonamiento de gente cubierta con bolsas de plástico, el montón de mesas, cajas, bancas y postes de carpas inconsistentes, los crayones trozados, las repisas mojadas, un puñado de servilletas de papel primero y una camiseta blanca que una mano auxiliadora me tiende para secar la base del podio sobre el que voto y evitar que la boleta se empape, la tinta se diluya, el voto se anule, una mano, la voz, un brazo, parte de una persona que aunque disculpándose irrumpe entre las cortinas de tiras de plástico que con el techo de plástico forman el cubículo pobre ideado para dar privacidad al que vota mientras vota, y se introduce detrás de mí, viola mi derecho al secreto del voto y aunque disculpándose me arrebata la camiseta ya empolvada empapada para ofrecerla a otro votante o taparse la cabeza; o uno de los ciudadanos elegidos y entrenados como funcionarios de casilla que abandona su puesto para barrer la lluvia hacia una coladera tapada, el caos en una casilla en el patio del que fue mi querido hospital de las Madres de la Caridad, en el centro de un barrio rico de la ciudad, dotado obligado para la caridad, o los aplausos que oigo de pronto a mis espaldas mientras voto, dirigidos no sabré nunca a quién o a qué circunstancia, pues no vi que nadie especial meritorio de aplausos llegara a votar en esos momentos (¿o qué ser vivo no merece aplausos?) ni tampoco vi que dejara de llover o que saliera el sol, hasta que educada pretendí no irme sin decir adiós al único de mis vecinos que conocía, pero tuve que marcharme sin despedirme de él, porque no oyó hizo como que no oía que lo llamaba, ni atendió a otro que por iniciativa propia le repitió mi llamado por si a su lado él no me hubiera oído, hasta que desistí, maleducada alicaída salí partí, alicaída a pesar de que temprano estrené un par de aretes que transformé en amuletos, regalo que Elena P. me había hecho a mí en su cumpleaños, que yo celebraba colgándomelos en esa ocasión, mi amiga ajena a imaginar el poder orientador iluminador del que yo investiría los pendientes auxiliares inaugurales en el episodio de manicomio que a pesar de ellos viví, días después de haber leído, fascinada, trastornada, conmovida, las Memoirs from a Madhouse, de Christine Lavant, que tomó el nombre de su población natal como seudónimo al lanzarse a escribir, pensó Voy a ser escritora y no tejedora granjera contadora como ustedes quieren, ocupaciones útiles, propias de los pobres como yo, disipadoras de destinos como el del escritor, pensó, pienso que si yo cayera en la tentación de una vez por todas adoptaría apellidarme Chimalistac por amor a mi barrio natal y para escribir sobre el manicomio que es al menos, pero no únicamente, la casilla electoral sexenal de mi barrio sin que los vecinos me lapiden cuando me vean pasar, Ahí va la loca de Chimalistac, como señalaban a Christine en Lavant cuando querían lapidarla por denunciar la infamia del manicomio de Lavant donde joven se recluyó después de un intento de suicidio por un amor inalcanzable.
n el contexto de la exposición Surrealismo, vasos comunicantes, en el Museo Nacional de Arte (MUNAL, Tacuba 8, Centro Histórico), se presenta un ciclo de películas que muestran en grados muy diversos cierta afinidad o una total comunión con esta corriente artística. Se trata de 28 títulos, entre cortos, documentales y largometrajes de ficción, reunidos en la curaduría El ojo y sus narrativas. Esta temporada de cine surrealista establece una correspondencia entre un cine europeo de vanguardia y el cine mexicano que pudo aprovechar dicha influencia.