Frente al uso de las encuestas con fines de propaganda, Rafael Giménez propuso ayer que el Instituto Federal Electoral (IFE) exhiba públicamente los resultados de cada encuestador, para que en próximos comicios no vuelvan a decir que el PRI lleva una gran ventaja, cuando eso no corresponde a la realidad, y los medios de comunicación analicen con cuidado si quieren volver a contratarlos.

Especialista en estudios de opinión, el número dos en el equipo de campaña de la ex candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, calificó de una vergüenza la forma en que operaron algunas encuestadoras durante la campaña electoral, pues sobrestimaron al PRI y a su candidato de manera brutal, sin reflejar lo que estaba pasando en la realidad.

Ello, agregó, provocó desánimo en el electorado y que al menos 60 por ciento acudiera a las urnas con la idea de que los comicios ya estaban decididos en favor del priísta Enrique Peña Nieto, cuando en realidad sólo 38 por ciento votó por el mexiquense.

Por otra parte, ubicó la responsabilidad de la debacle electoral del PAN en el gobierno, el partido y la campaña. Reconoció que la elección fue un referendo sobre la forma en que gobierna Acción Nacional, del que evidentemente salió reprobado, pues quedó en tercer lugar.

Ex director de estudios de opinión de la Presidencia de la República y uno de los encuestadores que no sólo han estado cerca del presidente Felipe Calderón, sino también de Vicente Fox, Giménez fue entrevistado en el inmueble que funcionó como casa de campaña de Vázquez Mota y que hoy luce prácticamente abandonada, sólo con el personal necesario para contestar teléfonos.

Contra las versiones de otros militantes que ubican en un solo elemento la culpa de la derrota panista, el especialista repartió responsabilidades. Primero, destacó el deseo de cambio de los ciudadanos afectados por la crisis económica de 2009, de la cual nunca se alcanzó a recuperar el bolsillo de los mexicanos, y la violencia derivada de la lucha contra el crimen organizado. Estos dos elementos se constituyeron en un tope para las aspiraciones del partido de mantenerse en la Presidencia, explicó.

Sumado a ello, en el gobierno no todos fueron leales al proyecto del PAN. Por ejemplo, en las áreas técnico financieras se mantuvo en puestos de alto nivel a cuadros del PRI, que evidentemente no apostaron por el blanquiazul.

Agregó que la elección se realizó en momentos en los que Calderón no tenía la mejor aprobación por parte de la población, y se habían registrado problemas de corrupción en algunas entidades, como la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Por lo que hace al partido, manifestó que las pugnas entre los grupos y corrientes son profundas, y por esa causa se perdieron estados importantes, como Jalisco y Morelos. Destacó que las divisiones en el Distrito Federal hicieron que no se cuidaran las casillas y se dejara de asistir a los eventos de la candidata a la jefatura del gobierno capitalino, Isabel Miranda, quien fue totalmente abandonada por el partido. De igual manera se refirió al caso de Veracruz, donde el grupo liderado por Miguel Ángel Yunes sólo sacó la elección de senador, pues su hijo Fernando contendió por ese cargo.

En entrevista con La Jornada, Giménez Valdés estimó que los pleitos internos hacen pensar que el partido se puede romper en muchos estados.

Por lo que hace a la campaña, señaló que no tuvo el financiamiento adecuado y se diseñó una estrategia que logró bajar a Peña Nieto de las encuestas, pero los votos no se fueron al PAN, sino para Andrés Manuel López Obrador, quien de manera incomprensible no hizo un solo promocional que atacara al PRI o a su candidato. Además subrayó que la televisión se las arregló para pasar hacer desapercibida la campaña, hasta que llegaron los estudiantes del YoSoy132.

Por ello, a la que más descargo de la derrota es a la candidata. El gobierno y el partido no la pudimos acompañar como debimos. Ella fue la única que hizo su parte, enfatizó.

–¿Qué impacto tuvieron las encuestas? ¿Hubo manipulación?

–Llevan años haciéndolo y lo aceptamos. Pero hasta aquí. Los encuestadores que tuvieron mucha exposición sobrestimaron al PRI de manera brutal. Decían que Peña Nieto iba a ganar por 20 o 16 puntos, y ganó por 6.6; nada que ver con lo que decían, no mostraron que en la realidad había una competencia. Entonces ya sabemos que es un error sistemático y grave con el que favorecen a un mismo candidato y partido siempre. ¡Es una vergüenza!

–¿Cómo corregir esa situación?

–El IFE, al inicio de cada elección, debe exhibir cómo quedaron las encuestas en el proceso anterior, para que el propio medio de comunicación decida si quiere contratar a esas casas.

Resaltó que en una televisora se repetía 40 veces la cápsula de la encuesta del día. Eso era un espot político, puntualizó, y señaló que los encuestadores predominantes que sobrestimaron al PRI recorrían los medios de comunicación para repetir el discurso de que nada le afectaba a Peña y que ya estaba decidida la elección. Eso, por supuesto, afectó.

El elector, dijo, llegó con una fatalidad y desánimo a la urnas. Una gran cantidad iban a votar por PRD y PAN, con la idea de que estaban perdiendo su tiempo, pues había la certeza, promovida por estas mediciones, de que Peña Nieto iba a ganar. Incluso hubo gente que ya no fue a las urnas o acudió con la percepción que su voto no valía porque los comicios ya estaban decididos.