Desde 2004 no se revisa la NOM sobre métodos anticonceptivos
Jueves 2 de agosto de 2012, p. 43
Aunque 90 por ciento de las adolescentes que ya son madres asegura haber recibido información sobre sexualidad, sólo la mitad considera que fue suficiente como preparación para el inicio de su vida sexual; 40 por ciento de las jóvenes reconoce que su embarazo no fue planeado ni deseado; y 75 por ciento tampoco trató de evitarlo por descuido y/o porque pensó que al tener relaciones sexuales sin protección no pasaría nada
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Así lo revela un estudio de la Federación Mexicana de Colegios de Obstetricia y Ginecología (Femecog), realizado para conocer la percepción de los jóvenes sobre el embarazo adolescente, problema de salud pública que representa 20 por ciento de las gestaciones en el país y que en ese grupo de edad duplica el riesgo de muerte con respecto a mujeres adultas.
Los datos indican que en el país no se ha hecho lo suficiente para prevenir el embarazo en los adolescentes, lo que incluye la falta de actualización de la normatividad en la materia. La mayoría de los ginecólogos (60 por ciento) considera que la norma oficial mexicana (NOM) 005 sobre los métodos de planificación familiar no es clara y requiere actualizarse, sobre todo en lo relativo a los servicios que se deben proporcionar a los adolescentes.
Josefina Lira Plascencia, coordinadora del comité de salud reproductiva de la Femecog, resaltó que por primera vez se tomó la opinión de los especialistas, quienes junto con los médicos familiares tienen la responsabilidad de dar la consejería y prescripción de métodos anticonceptivos y están habilitados para identificar las principales causas del embarazo adolescente.
Lo anterior como parte de las acciones de la Femecog para impulsar cambios en la política nacional de salud y promover la celebración del Día Internacional de la Planificación Familiar, que en América Latina se festeja el 3 de agosto solamente en Colombia, Perú y Venezuela.
Los resultados preliminares del estudio indican que 40 por ciento de los especialistas consultados piensan que el principal problema que enfrentan es la oposición de los padres de familia a que se aborde el tema con sus hijos adolescentes; 25 por ciento teme a los problemas legales que le pudiera acarrear platicar con los y las jóvenes sobre sexualidad y los métodos anticonceptivos.
La primera barrera se presenta, dijo Lira, desde el momento en que la mamá entra con su hija adolescente a la consulta médica con el ginecólogo, lo cual generalmente ocurre. Llamó la atención sobre la opinión de sus colegas respecto de la necesidad de actualizar la NOM, y recordó que la anterior revisión se hizo en 2004, cuando se incorporó la anticoncepción de emergencia.
Si bien el ordenamiento sigue vigente, es indispensable actualizarlo para incluir nuevos métodos disponibles, como el anillo vaginal, y garantizar que las mujeres tendrán a su alcance el método que necesitan de acuerdo con sus condiciones de salud, así como para realizar las puntualizaciones necesarias en cuanto al acceso de los adolescentes a los servicios de salud reproductiva, principalmente para terminar con las lagunas detectadas por los médicos, las cuales eventualmente pudieran afectarles.
Y es que 35 por ciento también piensa que en la sociedad prevalece la idea de que no se debe hablar de sexualidad con los adolescentes.
Édgar Díaz Franco, especialista en sicología clínica y coordinador del programa Embarazo en adolescentes que fue implemetado en el Instituto Nacional de Perinatología, comentó los resultados del estudio realizado entre las jóvenes atendidas en hospitales públicos que ya han tenido un hijo.
Entre otros, mencionó que en la investigación se encontró que en seis de cada 10 casos, las chicas tenían entre sus familiares cercanos a mujeres que también habían sido madres en edades tempranas.
El mismo porcentaje consideró que la información sobre sexualidad que recibió fue buena; sin embargo, sólo la mitad piensa que le sirvió como preparación para el momento en que iniciara su vida sexual activa.
Respecto del uso de métodos anticonceptivos, 60 por ciento dijo que los utilizó en su primera relación sexual, pero no en las posteriores ocasiones.