Sábado 20 de octubre de 2012, p. 4
a Arvo Pärt
Una raya de gis
en la planice de Paida
–de Tallin a Tartu
de Tartu a Tallin–
en la carretera pespunteada
por una lluvia de abedules…
Escuchando el Magnificat de Pärt
recuerdo que la hierba era muy verde,
el cielo inmenso era muy gris
y los ojos de las estonianas muy azules.