Cuando la actriz Greysi Mena leyó por primera vez el guión de La vida precoz y breve de Sabina Rivas –historia que Luis Mandoki llevó a la pantalla grande a partir de la novela La mara, de Rafael Ramírez Heredia–, no paró de llorar.

Sabina Rivas, encarnada por la venezolana Mena, es el retrato de miles de migrantes que al ir en busca del sueño americano se topan con el infierno mexicano. Sin embargo, lo que le sucede en el filme a Sabina no es nada comparado con los testimonios que la protagonista conoció al investigar sobre el tema.

La primera lectura del guión me afectó mucho, dijo Greisy a La Jornada, en una charla realizada en las instalaciones del diario so pretexto del estreno de la cinta este viernes en salas comerciales de México. Mena obtuvo el premio a la mejor actriz por su participación en esta cinta en la edición 57 de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

Sufrí leyendo ese texto, por su crudeza. En la segunda lectura traté de verlo de manera más distanciada, pero fue inevitable: me tocó y lloraba cada vez que lo repasaba. Mi reacción inmediata fue decir a mi representante que no iba a hacer el papel porque me sentía afectada, pero la fortaleza del personaje me hizo seguir adelante y terminar con este trabajo que me deja gran satisfacción, ya que cuando investigué hallé testimonios de hondureños y me di cuenta de que la realidad superaba a la ficción. Lo que le pasa a Sabina no es nada comparado con lo que escuché, pero es una forma de representar a cientos de centroamericanos, afirmó.

Los horrores de la realidad

En La vida precoz y breve de Sabina Rivas, producida por Abraham Zabludovsky, la ficción se construye de la realidad, que muestra horrores como la trata de blancas, la discriminación y la corrupción que sufren los migrantes centroamericanos.

Otro de los protagonistas, el bien querido Joaquín Cosío, quien encarna a un agente de migración ojete, habló a este diario sobre el tema del filme: “Es un problema de complejidad extrema. México es un país donde la justicia es un mal chiste. Matan al líder del Barzón en Chihuahua y no pasa nada, pero asesinan al hijo del ex gobernador de Coauhuila y las policías del país se vuelcan en el caso. Hay crímenes vip, lo que es síntoma de que la justicia no existe o es parte de los que detentan el poder; la justicia la administran de acuerdo con sus necesidades. El migrante, persona valiente que se arriesga por un futuro mejor, es una persona en situación de vulnerabilidad. De hecho la condición de ilegalidad los hace frágiles, un botín para un grupo de buitres (desde ladrones, bajadores, redes de narco, secuestradores). Lo patético es la no acción del Estado”.

Joaquín Cosío, Greysi Mena y Fernando MorenoFoto Roberto García Rivas

Cosío agregó: Una cinta como ésta adquiere importancia vital porque revela un universo de corrupción; permite dar nombre a los responsables de lo que ocurre. Una historia como ésta promueve la sensibilización de la comunidad y la fraternidad con los que emigran, cuyo pecado es buscar una vida mejor. Luis Mandoki no sólo denuncia, sino crea muy bien un documento visual.

Greysi Mena, a quien se pudo ver en México en la cinta Postales de Leningrado, interviene: La gente siempre se enfoca en la problemática de la frontera norte, pero no en la del sur. Por eso me enorgullece ser parte de la denuncia de algo que sucede desde hace años y que no es un misterio para nadie.

En opinión de Fernando Moreno, otro de los protagonistas, en Venezuela tenemos una especie de concepto caricaturesco del problema de la migración. Es superficial por la desinformación que hay. Cuando traté de documentarme y penetrar en la piel del personaje (un posible miembro de la mara), la imagen que dan los medios de los maras no tiene que ver con la realidad, pero realizamos una gira por Tapachula para darnos una idea de cómo estaba la situación y mi conclusión fue que eres la víctima o el agresor, y esa fue la posición del chico de la historia. Además me encantó ser dirigido por Mandoki, quien no sólo tiene la capacidad de contar historias, sino de dar un fondo crítico.

Para Joaquín Cosío, uno de los histriones más importantes en nuestro país, cada quien tiene su método para sumergirse en los papeles, “lo importante es construir algo verosímil. En mi caos no hay escuela, aunque ese caso la escuela sea no haberla tenido. Lo que construyes está ahí en el guión, sólo hay que buscarlo. La vida precoz y breve de Sabina Rivas es una historia bien organizada y bien dialogada, con la que intuyes desde un inicio que tiene carne; lo restante es entender las circunstancias”.

La vida precoz y breve de Sabina Rivas se presentó en la 57 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, España, y en la décima edición del festival de Morelia.

En los créditos protagónicos también aparece la primera actriz Angelina Peláez. La película tuvo un presupuesto de 60 millones de pesos. La adaptación del libro fue realizada por Diana Cardozo, y cuenta con Damián García en la dirección de fotografía, Antonio Muño-Hierro en el diseño de producción y con Perla Ciuk en la producción ejecutiva.