La amistad de años entre los mexicanos Jhonny González y Abner Mares es sólida y está a prueba de diferencias, aunque el 24 de agosto pasará por uno de sus más difíciles momentos cuando el primero busque arrebatar el cetro pluma del Consejo Mundial de Boxeo al avecindado en Estados Unidos.

Según yo lo veo, será una prueba de fuego para los dos. Hemos sido amigos por varios años y nunca esperaba que el destino nos pusiera en esta situación, pero estoy seguro de que luego de buscar ambos la victoria, nuestros guantes chocarán (al final) en señal de que nuestra amistad seguirá igual, considera el aspirante al título por tercera ocasión.

Luego de cumplir poco más de un mes de preparación para el combate, que se efectuará en Los Ángeles, ciudad donde radica Mares, González afirmó que ya tiene identificadas algunas de las pocas deficiencias de su rival, por lo que trabaja en el gimnasio bajo las instrucciones de Ignacio Beristáin, para recuperar el cinturón que reclama como suyo.

A diferencia de las anteriores dos oportunidades en las era el orgulloso monarca, dijo que ahora si bien enfrentará a un buen amigo, “la verdad es que esto es un negocio y así lo entendemos ambos, por lo que arriba del cuadrilátero seremos rivales –que no enemigos–, pero necesariamente uno deberá terminar con el puño en alto, y ese seré yo”.

Aunque se reservó la estrategia a emplear, dejó en claro que Abner será uno de los oponentes más difíciles a los que haya enfrentado porque ha crecido mucho en el boxeo que practica: Hemos visto varios videos y cambia su forma de pelear con mucha frecuencia, así es que será difícil darle la vuelta, pero ya detectamos por dónde nos vamos a ir.