El crimen organizado ejerce control en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl pero los reporteros no informan al respecto porque temen por sus vidas, indicó el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

En un ensayo del analista Mike O’Connor, publicado después de su muerte, el CPJ describió cómo la intimidación y la corrupción han obligado a los periodistas a mantener silencio sobre venta de drogas, secuestros y extorsiones, por lo que el público desconoce cómo se extienden estos crímenes a las puertas de la capital del país.

El autor del texto cita a un policía de rango medio, quien le confió que hace unos cuatro años las autoridades de Nezahualcóyotl simplemente entregaron la región al cártel de La familia michoacana para dejarlo controlar la venta de drogas, los secuestros y las extorsiones contra empresas.

Además, O’Connor cita al reportero de un periódico nacional, quien señaló: “Los demás periodistas y yo vimos lo que estaba sucediendo en otros estados, como los del norte, donde los cárteles incendiaban empresas si no les pagaban la extorsión. Pero pensamos que nunca llegaría a la capital”.

El especialista estadunidense señala que las clases altas y medias de la ciudad, donde se concentra el poder político, cultural, e intelectual, tienden a desdeñar al resto del país, pues para ellas la guerra contra las drogas tendría que haberse desarrollado afuera, en los estados.

Pero al margen de ello, la cobertura informativa en las entidades donde los cárteles están ganando influencia o control “se vio dañada por el mismo problema que mantiene a la ciudad de México desinformada sobre lo que está sucediendo en Neza: los reporteros de los estados con frecuencia no pueden informar sobre noticias reales porque están amenazados por el crimen organizado”.

Así, “muy poca gente es conciente de cómo se han diseminado los cárteles de un estado a otro, y menos de que han llegado a la ciudad de México.