Pobladores de la delegación Xochimilco denunciaron que continúa sin restricción alguna el tiro de cascajo en el paraje Tempiluli, ubicado en los límites de esta demarcación con Tláhuac, donde los montículos de desechos sólidos en suelo de conservación se han incrementado, según sus cálculos, en 20 por ciento durante los días recientes.

Desde principios de marzo, los habitantes de la zona alertaron que los límites de ambas demarcaciones se habían convertido en un basurero de material de construcción, por lo que solicitaron la intervención de la Secretaría de Medio Ambiente y de la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial (Paot), sin que hubiera ninguna respuesta de las dependencias.

Después de esa fecha, aseguraron, una patrulla comenzó a vigilar la entrada del área, pero sólo se mantuvo unos días, por lo que volvieron a ingresar los camiones cargados con cascajo, cuyos choferes pagan entre 700 pesos y mil pesos a los propietarios de los terrenos.

Lo más preocupante, agregaron, es que en la actualidad ya ingresó maquinaria pesada, que está compactando el material para renivelar el suelo, por lo que temen que se pretendan levantar proyectos de vivienda de manera irregular.

A finales de febrero de este año, el Gobierno del Distrito Federal publicó en la Gaceta Oficial la norma ambiental para el manejo de residuos de construcción y demolición, que entraría en vigor a partir de junio, en la que estableció la prohibición de descargar, depositar o disponer residuos de la construcción y demolición en lugares distintos a los centros de acopio, de reciclaje o disposición final autorizados.

De acuerdo con esta disposición, la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito Federal es la responsable de dar seguimiento al cumplimiento y vigilancia de la norma ambiental, en coordinación con las delegaciones y otras dependencias, como las dependencias de Transportes y Vialidad; Obras y Servicios; Seguridad Pública, y la PAOT.