Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 3 de septiembre de 2006 Num: 600


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
H. D. Thoreau, un combatiente
DANIEL MOLINA ÁLVAREZ
Dos poemas
NEFTALÍ CORIA
Un Óscar al Auditorio
AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ
In dubio, pro Grass
RICARDO BADA
El marxista herético
GRAHAM GREENE
De la historia y significado de la desobediencia civil
MAURICIO SCHOIJET
Al vuelo
ROGELIO GUEDEA
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Y Ahora Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

La Casa Sosegada
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Tetraedro
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Reseña de Miguel Ángel Muñoz sobre La estética de la belleza

Poesía
Reseña de Luis Miguel Aguilar sobre La patria erótica


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LA ESTÉTICA DE LA BELLEZA

Miguel Ángel Muñoz

Arthur C. Danto,
El abuso de la belleza,
Editorial Paidós,
México, 2005.

Nunca me ha interesado definir al arte en corrientes o tendencias. Desde ese momento, el crítico o historiador de arte se erigen como comparsa de lo que propone. Por eso hay que analizar detenidamente el papel que juegan hoy los marchantes del arte más poderosos, las revistas especializadas que siguen los pasos de éstos y los museos que apoyan sus intereses más banales.

Sin embargo, no hay que negarnos el derecho a informar a un público más amplio –y no nada más dirigirnos al especialista– ni a emitir una opinión personal: cuanto más haya, más puede criticarse y calibrarse la imposición salvaje de modas y minimovimientos que aparecen y desaparecen en segundos. En este sentido, lo que tiene de interesante cualquier momento histórico no es tener que seguir fielmente –y como se creyó en los años ochenta o noventa–lo más reciente, ni mucho menos, como creen los postmodernos en su versión más superficial, relativizar completamente el gusto, sino la capacidad de releer críticamente lo que fue el arte moderno del siglo xx. De ahí que mis modelos de teórica o crítica de arte sean, más que los franceses, sajones y estadunidenses, cinco figuras fundamentales: Meyer Schapiro, Clement Greenberg, Leo Steinberg, Arthur C. Danto y Rosalind E. Krauss, que han adquirido a lo largo de los años la categoría de dioses insuperables. Y, desde luego, no olvido a mis guías y amigos poetas, que en algunos momentos son quienes mejor entienden la pintura: José Angel Valente, José Hierro, Yves Bonnefoy, John Ashbery y John Berger, con los cuales he caminado en los senderos más radicales del arte y la crítica.

Un caso aparte en la historia de la crítica y la filosofía contemporánea –además de un gran lector de poesía– es el de Arthur C. Danto. Un maestro indiscutible, en suma, al que han admirado sus discípulos en diversas universidades y cuantos investigadores han tenido la fortuna de tratarle y beneficiarse de su capacidad transgresora, pero al mismo tiempo capaz de desmontar las más abstrusas trapacerías críticas con datos mortales y sonrisa irónica. Un "gurú" de la crítica que ha entendido los grandes cambios del arte, desde la crítica a la historia, de la historiografía a la poesía.

Danto (Estados Unidos, 1924), es filósofo de profesión, pero ni sus años ininterrumpidos en la docencia en la Universidad de Columbia, ni sus incontables conferencias alrededor del mundo, han tenido la repercusión de su ensayo titulado El fin del arte, que publicó en 1984, en pleno auge del mercado del arte, lo que ha derivado en convertir a Danto, por méritos propios, en una pieza clave del arte moderno. Desde entonces sus ensayos, libros y artículos han entrado en las universidades y han provocado un sinfín de debates. Nunca ha dedicado sus energías a mediar entre teorías simples, sino a profundizar la audacia de las propias, sea en sus primeros trabajados sobre la filosofía de la historia, o en sus crónicas de la escena artística en Nueva York publicadas en The Natión, donde siempre marcó su pensamiento de forma radical y crítica.

En español se han publicado con éxito Después del fin del arte, El arte contemporáneo y el linde de la historia, La transfiguración común, Historia y narración, La madona del futuro y La transfiguración de lo banal, considerado el libro fundamental de su teoría del fin de una forma de entender el arte que, dice, se produjo cuando Andy Warhol exhibió sus famosas Cajas de Brillo, lo que " permitió una nueva era de libertad en el arte". A partir de ahí, Danto marcó una pauta clave en la segunda mitad del siglo xx, para legitimar el "arte otro"; es decir, el arte moderno: ¿qué objeto puede ser arte? Y Danto responde: " Sí, cualquiera puede serlo, pero eso no quiere decir que cualquiera lo sea. Hay restricciones, pero lo que no hay son limitaciones con relación a qué aspecto podría tener este objeto artístico. Por ejemplo, un cenicero que está encima de la mesa no es arte ahora en cuanto objeto, pero no sé si podría serlo en otro contexto. Diría que habría que plantearse qué significa y cómo está conectado con la obra del artista y su contenido."

Cada uno de los libros de Danto ha expuesto una variación certera en torno al tema fundamental de la fluctuante relación entre el arte y la sociedad que lo produce, sostiene, niega o disimula de formas diversas. En todos sus temas ha delineado nuevos caminos para la indagación crítica, recorridas después por un consolidado sector de la investigación en la historia del arte.

El abuso de la belleza (Paidós, 2005), es su libro más reciente publicado en español, cuyo eje central de discusión es: la belleza ya no es –ni debe ser– esencial para la definición del arte, pero sí en cambio en nuestra vida cotidiana. Ya en la década de los sesenta, Danto tenía claro que "podría ver el presente del arte". Una tarde de 1964, al recorrer la galería Stable, se enfrentó a las Cajas de Brillo que exhibía Warhol, se sintió arrastrado a elaborar una teoría revolucionaría destinada a comprender y analizar una cuestión central: ¿qué hace de un objeto una pieza de arte? El modo en que abordamos el arte moderno no es atemporal, sino que "el significado de una obra de arte es un producto intelectual captado a través de la interpretación por alguien que no es artista, y la belleza de la obra, si la hay, se entiende implicada por ese significado".

En este libro, Danto recorre el modo en que la vanguardia artística dio la espalda a la estética dominada por la idea de Belleza –especialmente en el siglo xviii– para establecer un nuevo vínculo entre la belleza o la vida. Pocos pueden pretender asociar el Guernica, de Picasso, o El urinario, de Duchamp, a la idea de belleza sostenida por una tradición de la que ambos renegaban. Quizás una apreciación cercana a las demandas estéticas más contemporáneas. El arte es así una propuesta de realidad verosímil y la verosimilitud la perfila el tiempo, y desde luego, esa cierta belleza que se oculta tras cada objeto artístico, y que Danto, en El abuso de la belleza, nos trata de explicar.