Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 15 de octubre de 2006 Num: 606


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
¡Hoy marchamos, mañana…!
ROBERTO GARZA ITURBIDE
Ante Tàpies
JACQUES DUPIN
Para Antoni Tàpies
ANTONIO SAURA
París d’Antoni Tàpies
PERE GIMFERRER
Cuatro fragmentos para Antoni Tàpies
JOSÉ ÁNGEL VALENTE
Con la misma inquietud de cuando era joven
MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ
Entrevista con ANTONI TÀPIES
El cine y el Guinness
RICARDO BADA
Al vuelo
ROGELIO GUEDEA
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
Y Ahora Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Danza
MANUEL STEPHENS

Tetraedro
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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MANUEL STEPHENS

CHOCOLATE: BREZZO

Magdalena Brezzo es una de las coreógrafas que contribuyen a dibujar el más reciente perfil de la danza contemporánea. Forma parte de un grupo de coreógrafos que además de contar con un reconocimiento académico se inscriben, desde su despunte, como creadores inmersos en las mecánicas de producción instauradas por Conaculta. Ellos se inician con un sistema estatal que exige el desarrollo de ciertas habilidades para obtener apoyos: relaciones públicas muy codificadas, elaboración y justificación de proyectos, materiales convincentes, etcétera. Si bien esta es una necesidad derivada de una política cultural –si es que la hay– regida lamentablemente por la oferta y la demanda, esta circunstancia ha comenzado a influir en la propia labor creativa de los artistas. El resultado no es siempre satisfactorio, como en el caso de Brezzo, pues éste también estará circunscrito a los requerimientos oficiales de productividad, que no necesariamente empatan con lo artístico. Sobrevivir trabajando para y en pro de a danza es una empresa pírrica, pero asimismo lo es rescatar a la coreografía de la maquila.

A lo largo de su trayectoria, Magdalena Brezzo ha mostrado ser una artista coherente con sus preocupaciones. La obra más reciente con su compañía, Camerino 4, es Chocolate, estrenada en septiembre y con funciones los lunes en el Teatro de la Danza. Chocolate abre con un epígrafe de Eugene Ionesco en el programa de mano que dice: "Tomen un círculo, acarícienlo, y se hará un círculo vicioso." Este es el punto de partida para que Brezzo elabore una obra que reflexiona y se ría sobre las dinámicas de pareja. Chocolate es un dueto de largo aliento, estupendamente interpretado por Stephanie García y Tlathui Maza, en el que la coreógrafa presenta a sus personajes sujetos al encierro de la cotidianeidad. Brezzo delimita claramente un juego de opuestos que permean todos los ámbitos de la coreografía. Partiendo de la dicotomía mujer-hombre, que revela continuamente la persistencia de estereotipos, la coreógrafa extiende al plano espacial la oposición entre la verticalidad de los bailarines, que permite la mayor movilidad, y la horizontalidad que los sujeta al peso de la gravedad. Esto se subraya por la ausencia de escenografía tridimensional, que es sustituida por un "diseño plástico", a cargo de Benjamín Urtiz y la misma Brezzo, que traslada el mobiliario de un departamento a su dibujo en el piso: cama, mesa, lámpara, escaleras y ventana, aplastadas y delineadas en la duela. Brezzo suele amueblar literalmente sus obras porque esto le permite, entre otras cosas, contextualizar la escena y el manejo de niveles. Ahora este recurso es "recortado", excepto por el uso de una silla. Simbólicamente la oposición entre la movilidad de la verticalidad y la inminente estaticidad de lo horizontal, sugieren una misma imposibilidad de escape a la rutina en la vida de esta pareja.

Los personajes persisten en mantenerse en contacto el uno con la otra y a la inversa. En este sentido la utilización del release como estilo para el movimiento es acertado, pues las técnicas de partneo que se derivan de él se equilibran con la propia situación dramática de la coreografía. Brezzo recurre nuevamente a la utilización de voces en off, como lo ha hecho con anterioridad, particularmente en Historias múltiples donde usa fragmentos radiofónicos. En Chocolate se trata de diálogos dichos por actores españoles, presumiblemente pertenecientes a películas de Pedro Almodóvar. Pero lamentablemente son sumamente difíciles de entender, si no imposibles, no sé si por la misma grabación o por el sistema de audio del teatro; la posibilidad de que enriquezcan la escena se limita a la posible relación que puede establecer el espectador entre las voces y la obra del cineasta.

La pareja, los roles, lo femenino, el azar, la repetición, la cotidianeidad, son temas que hasta el momento son recurrentes en la obra de Magdalena Brezzo. La pareja heterosexual es la que le ocupa ahora, y pese a toda la suma de lugares comunes que un tema como éste atrae, Brezzo logra una coreografía en la que se agradece la presencia de una dirección clara y una pareja de bailarines excepcionales. El tono de la coreografía en ocasiones tiende hacia lo irónico, pero se mantiene en la parodia. Sin embargo, Brezzo se sustrae a ser redundante, aun siguiendo su línea creativa, y logra una obra que brilla por el contacto natural e instantáneo que establece con el público.