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Manual del buen retrógrado
El Honorable Consejo Consultivo Cabezalcubo, constituido por el gordo autor, con sus guapas esposa e hija de público acompañadas de Lola, Lucas y don Toy, bravos perros guardianes, pero también muy obedientes acarreados del que estas burradas escribe, se suma a las rectas cruzadas (no es albur) que santos varones de férrea honestidad y muy estimables damas de impoluta y casta reputación de la sociedad mexicana, de unos años a la fecha, han lanzado en rescate del horrible desvarío moral en que se ha visto abismado el país desde que la Liga de Soterrada Acción Católica Mexicana, a pesar de los denodados y santos esfuerzos de Norberto “el escurridizo” Rivera, Onésimo el Humilde, Juanito “Risitas” Sandoval, Hugo party-boy Valdemar, los discípulos de Marcialito Maciel (conocido en el ambiente como Pipino el breve) y Nicolás “el manitas” Aguilar vieron mermada la plusvalía de usufructo al imaginario colectivo en esta república de recuas retobonas. Ni con Manuelito Espino y su ballet Yunque-Opus se ha logrado fustigar al Demonio y de allí este renovado esfuerzo purificador. Para mejor efecto deberá tenerse como fondo auditivo y visual –de preferencia al unísono en todos los televisores de casa– la habitual y enriquecedora programación de joyas televisivas como Mariavisión o Claravisión. En su defecto, cualquier programa de tv Azteca sirve si se pone a todo volumen el disco Adoradores, de los Hermanos Medina.
Puestos a pensar de qué manera habríamos de colaborar con tan egregia y pía labor, se aprobó por consenso en la diminuta cocina de la casita sede, que fuese elaborado el siguiente Manual del Perfecto Retrógrado para Papá Regañón y Damita de Sociedad Que Se Precia De Buen Nombre y un Día Saldrá en Hola!, que ayude al lado derecho de la sociedad civil en el endurecimiento de sus buenas, refractarias conciencias contra toda iniciativa relajante, libertina y prevaricadora:
UNO: Antes que otra cosa, defínase uno(a) rectísimo(a), apostólico(a) miembro(a) de la Grey Intolerante: rechace o reproche aunque sea en queda voz cualquier otro credo. Respete, eso sí, si quiere mantener el status quo de su divina prosapia, el credo del dinero. Asúmase que no hay más verdad que la que dicten los Padres de la Iglesia y confórtese con dedo aleccionador en el recto camino que el buen dios, por conducto del padre Ripalda, tuvo a bien señalarle alguna vez.
DOS: Ataque sin misericordia macuarradas como los derechos humanos de las minorías y la otredad practicante. Sobre todo si se tiene a mano el hierro divino del poder gubernamental. No hay más género que el género cristiano. No hay más moral que la suya y es designio deífico que, en bien de armoniosa y recatada convivencia entre varones y hembras, esa moral se imponga con todo el peso vacuno de la ley sin importar qué tanto haya que torcerle el rabo (a la ley, claro, no os pongáis sicalípticos). Cualquier caso fortuito no contemplado aquí deberá leerse a la gloriosa luz de las Escrituras. Si éstas tampoco arrojan luz sobre el asunto, fuerce su criterio a toda costa: no se es buen retrógrado sin adecuadas dosis de autoritarismo. Si le faltan destos, eche mano sin pena de la invaluable veta de hipocresía que seguramente lo ha sostenido todos estos años a ojos de familia y amigos.
TRES: a) Si es usted campanero o sacerdote de la Única Iglesia que Rifa, haga gala de su absoluta falta de respeto por los otros y exhiba su rampante ignorancia en materia ya de jurisprudencia, ya de derechos de los individuos. No olvide nunca que ninguna ley de los hombres debe estar por encima de los prejuicios de dios. Para mayor efectismo deje bien claro que izquierdistas, homosexuales y lesbianas, por ejemplo, son manifestaciones del maligno. b) Si es usted el brazo ejecutor de la ley, no pierda el tiempo en discusiones; para eso la sociedad le ha conferido el rigor de la macana y la elocuencia de las detenciones arbitrarias. Simplemente enfatice, con toda la sorna como adorno, que la violencia la suscitan quienes se resisten al arresto ilícito y no quienes buscan perpetrarlo.
CUATRO: Si es usted sencillamente un respetable y cumplidor miembro más de la derecha, no pierda la oportunidad de manifestar su acuerdo con jubilosas declaraciones. Tanto mejor si pertenece usted a organismos empresariales, que suelen tener entre sus filas, como es bien sabido en estos nuevos tiempos, a los verdaderos pilares de la sociedad mexicana del XXI.
Como acto final se rezará el Ángelus. Salud y vayan con dios, que esta misa ha terminado.
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