El oportunismo de Graco
Aprovecha caso de kínder
Heaven: calcinamiento
Desaparecen 17 en Guerrero
El fin de la historia de la ‘‘capital segura’’
Los regalos a los funcionarios
Redondeo en Soriana
Entrega de aguas profundas/shale gas a la anglosfera; ANP
e irrelevancia de Pemex
Combustibles: sólo aumentos
Subsidios-precios: alza sin fin
Séptimo gasolinazo en puerta
Palabras rumbo al poema
Una tarde con Guillermo Tovar de Teresa
37 días de la desaparición de 12 personas en el bar Heaven –ubicado en la Zona Rosa, de esta capital–, ayer fue encontrado el cuerpo calcinado de Dartx Rodríguez Ledezma, uno de los propietarios del referido centro nocturno y a quien se giró una orden de aprehensión de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Hartazgo por constantes asaltos
na larga jornada laboral no puede terminar de peor manera que con un asalto; resulta inconcebible que, tras quebrarte la espalda en una incómoda silla, llegue sin pena ni gloria un par de sujetos a despojarte de todo por lo que has trabajado, y esto es pan de todos los días, bueno, ya no comemos pan, sino un sabroso Jesús en la boca
, esperando llegar bien o que nuestros seres queridos lo hagan. Y como simple ciudadana, una se pregunta: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo en México seguiremos viviendo así? Yo, sencillamente, estoy harta de trabajar para alimentar al delincuente.
stamos siendo testigos de la irrupción de los ciudadanos de innumerables países, que protestan indignados contra la realidad de un mundo cada vez más injusto, más inseguro y donde la democracia real se ha vuelto una ilusión. Se trata de un fenómeno inédito. Las nuevas tecnologías de la información y la telecomunicación permiten ya no sólo transmitir el malestar, sino organizar expresiones masivas por canales no controlados ni por el poder político (gobiernos y partidos) ni por el poder económico (empresas y corporaciones). Estas rebeliones ciudadanas
, ocurridas de manera espontánea en regiones tan diferentes como el mundo árabe (Egipto, Túnez, Argelia, Marruecos), Europa (Islandia, Grecia, Portugal, España) o América Latina (Chile, México, Brasil), han logrado detener o anular medidas coercitivas, cambiar leyes o derrocar regímenes autoritarios. Son reacciones a la crisis de la civilización moderna. Sin embargo, ahí donde parece que todo termina, es donde todo comienza. Si la protesta callejera, por más impactante que sea, no se transforma en organización autónoma de la sociedad civil, su efecto tenderá a desvanecerse o apagarse y a terminar recluida en el baúl de los recuerdos. ¿Cómo convertir la protesta en una fuerza real de transformación social?
ara embarcarse en reformas de fondo se requiere, qué duda, de la consiguiente legitimidad política que soporte tales pretensiones. Hacer o proponer cambios a la estructura en cualquier país no es una cuestión que se agote en mayorías legislativas, ni siquiera entre esas otras, más pesadas aún, de naturaleza partidaria. Hacen falta variadas concordancias para formar la masa crítica ciudadana suficiente y contar con el liderazgo requerido para orientar tal empuje. Las mismas circunstancias juegan en estos complejos menesteres un rol estelar. La actual es una administración federal cuya base de legitimidad ha sido cuestionada por sendos partidos ahora opositores. Incluso los panistas, siempre cercanos y obsecuentes con el poder en turno desde hace varios quinquenios, afirman que la misma Presidencia fue adquirida a billetazos (G. Madero).
n forma y fondo la reforma al artículo 24 constitucional sobre libertad religiosa ha sido de bochorno. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión formuló, el pasado 19 de junio, la declaratoria de la reforma al artículo 24 constitucional, referido a libertad religiosa. Recordemos la presión que ha ejercido la jerarquía de la Iglesia católica desde que Carlos Aguiar Retes asumió la presidencia de la CEM en 2006 hasta la visita del papa Benedicto XVI, marzo de 2011, en la que el secretario de Estado Tarsicio Bertone remachó el tema en una gran cena ante la clase política de Felipe Calderón y altos prelados católicos. El Poder Legislativo ha construido una reforma cuyo proceso ha estado salpicado de suspicacias y desconfianzas. La Cámara de Diputados, con una prisa sospechosa, aprueba el 15 de diciembre de 2011 las reformas al 24. Para ello, implementó en su aprobación y modificación un procedimiento que no respetó el dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales ni en el pleno de la Cámara, violando el principio jurídico de exhaustividad y de legitimidad. La discusión de los diputados fue pobrísima entre reproches procedimentales, tomas de la tribuna y negociaciones apuradas de última hora; poco o nada se afrontaron temas sustanciales de las libertades. La jerarquía católica y la derecha no quedaron conformes con el resultado final, no tanto porque se incorporaron libertades no religiosas como las éticas y de conciencia, sino porque se frustra la intención de introducir de manera directa la educación religiosa en escuelas públicas, vía los padres de familia, como se apuntaba en el proyecto original. La reforma es una vacilada
, exclamó entonces con trágico humor José Luis Soberanes. Al pasar la reforma al Senado, se opera un mercadeo pues se saca del congelador la reforma al artículo 40, sobre el carácter laico del Estado mexicano, y ambos se someten a subasta. Resultado: ambas reformas, el 40 y el 24 van de la mano. Tampoco hubo debate de fondo y los foros convocados por el Senado fueron pura simulación.
los historiadores de intereses y fobias inconfesables, que sin prueba alguna continúan calificando a Evita de populista
, caudillista
, chovinista
, redentora
y pro nazi
, no les interesa recordar el día que la ministra de Trabajo y Seguridad Social Golda Meir visitó Buenos Aires, y se abrazó con la lideresa argentina por su labor realizada en favor del flamante Estado de Israel
(abril 1951).
as manifestaciones en Brasil han desatado un debate de gran actualidad. Las posiciones se han polarizado y la derecha continental utiliza las manifestaciones para anunciar el fracaso del modelo populista brasileño
. El desplome en los niveles de popularidad de Dilma Rouseff ha avivado las esperanzas de la derecha para recuperar la presidencia en 2014. El primer impulso de la izquierda consiste en señalar los logros económicos del programa del Partido de los Trabajadores desde la victoria de Lula en 2002.
n todo el mundo hay protestas y debates intensos sobre las medidas tomadas por los gobiernos para hacer más eficientes
los servicios sociales a la población. En el centro de ellas está la ideología neoliberal que ha inspirado los recortes y las privatizaciones en salud y educación en el supuesto de que incrementan la calidad y eficiencia en la prestación de los servicios.
uando Carlos Monsiváis murió hace tres años su amiga Elena Poniatowska se preguntaba en voz alta “¿qué vamos a hacer sin ti, Monsi?” Y no se refería al justo reclamo de la amistad perdida, sino a ese telón de fondo que los historiadores a veces miran de reojo y que conforma el núcleo más dinámico de la sociedad misma: las minorías que se rebelan contra la inercia del establishment, del así son las cosas
… los eternos militantes, como los llamaba el propio Carlos recordando a Víctor Hugo, de las causas perdidas.