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Cornelius en México sin-cro-ni-za-do
Keigo Oyamada es Cornelius. El pasado enero, Cornelius cumplió cuarenta años. Cornelius, alias de Keigo Oyamada, fue tomado de la serie El planeta de los simios. Keigo Oyamada A.K.A. Cornelius es japonés. Es el producto de la alta tecnología asiática y del pop-rock anglosajón. Además, es simpático, Cornelius. Cosa extraña: la simpatía: cuando la música parece ensamblada con monóculo de relojero, cuando parece fría, cuando se siente plana, cuando avasalla. Porque Cornelius aplasta.
Fragmentación, collage de sonidos orgánicos, rompecabezas de ideas sónicas robadas al entorno, a cualquier entorno: aves, voces, vasos de plástico, silbidos, encendedores, tráfico… eso es Cornelius. Guitarras, baterías, bajos y teclados, a ojos de Cornelius, son sólo complemento, huesos dentro de un cuerpo cosido a mano, cubierto por paneles solares y aluminio. Sí, aluminio. Porque Keigo Oyamada esta vivo por dentro, pero por fuera parece –suena a– silla de diseñador. Original, bella, hipnotizante y mala para el descanso, silla de diseñador.
Cornelius es muy pero muy visual. [Es horrible cuando se habla de música en términos visuales (“que suene azul, por favor.”)] Pero ni modo. Cornelius es de verdad visual. Es un hijo de la televisión. Ha hecho innumerables jingles para este medio. Ha supervisado y compuesto mucha música para este medio. Se sirve de este medio para redondear sus conciertos. Pantalla dividida en cuatro. Escenario dividido en cuatro. Cuatro músicos en México, en mayo, el día ocho. Por-fin-Cor-ne-lius-en-Mé-xi-co. En el Lunario a entrada general y no muy cara. The Cornelius Group Synchronized Show . Ajá. Sí.
Cornelius |
El Tom Zé japonés. El origami sonoro. El padre del dumpling-rock, del sushi-rock, del rock en rebanadas y en pe-da-ci-tos, de la mejor irreverencia acústica. Keigo Oyamada el de los siete discos en solitario, el idolatrado por diseñadores y editores de revista hacinados en la colonia Condesa. Cornelius el amado por los nuevos músicos urbanos, los de suéter y lentes de cineasta y pantalones de punk y peinados mohjok. El in-có-mo-do. El también gustado por los que no son esnob, por los directores de festivales culturales y por los no iniciados en el arte Fluxus. Por las niñas fresas. Por los emos. Cornelius el aplaudido por todos . El genio de la consola de grabación y la edición digital.
Cornelius el del desaparecido Pizzicato Five, el de los remixes a Sting y Mondo Grosso, el dueño del sello Trattoria, el respetado por The Chemical Brothers, Thievery Corporation y Moby. El de los festivales Glastonbury, Leeds, Reading, Coachella y Montreaux. ¿Keigo Oyamada en el Lunario, de verdad, con su grupo, a $320 pesos el boleto? Sí. Cornelius el de los álbumes Fantasma y Sensuous, el colaborador de Sakamoto. Ése mero. Qué bueno. Qué bueno. Qué bueno.
Y TAMBIÉN MICHAEL MANRING…
Los próximos 27 y 28 de febrero en el Anthropology Live Music Club de Polanco sonará Michael Manring (Preferente $450 y Luneta $350), californiano que nos visita por quinta ocasión pues, a lo largo de una década y por cuenta propia –tal como sucediera alrededor del mundo en los últimos veinte años–, el músico se ha ganado un lugar especial frente a esa audiencia de nuestro país que sabe interesarse por la poesía hecha sonido, por un género que es en sí mismo instrumento, por una aproximación radicalmente distinta al concepto solista.
Su debut chilango fue en 1999, en el extinto foro La Victoria , de la colonia Roma, frente al antiguo Teatro Silvia Pinal, hoy convertido en un extraño espacio de culto. Luego regresó para presentarse un par de veces en el Papa Beto (2003), después lo hizo en el Festival de México en el Centro Histórico 2006 (Teatro de la Ciudad y Zinco Bar) y, finalmente, en el Festival Cultural de Puebla 2007. En todas estas ocasiones, salvo en la penúltima, lo hizo en solitario. Ahí lo interesante, pues no se trata de un pianista ni de un guitarrista, sino de un bajista.
Sí, Manring fue el primer bajista –y sigue siendo el único, salvo Jeff Schimdt y otros pocos que, la verdad sea dicha, aún no alcanzan su nivel–, fue el primer bajista, decíamos, que giró por el mundo dando conciertos sólo acompañado de tres instrumentos de cuatro cuerdas. Alumno del legendario Jaco Pastorius, en el escenario da vida a la música de seis discos como líder (Unusual Weather, Towar The Center Of The Night, Drastic Measures , Thönk, Book Of Flame, Soliloquy), igual que a temas de los Beatles o de grabaciones paralelas como las que tuviera al lado del desaparecido y genial guitarrista Michael Hedges, o de proyectos alternos como Montreaux, Attention Déficit y Yo Miles!, entre muchos, muchos otros. Así que, si quiere conmoverse al mismo nivel que sorprenderse, no deje de asistir. No se arrepentirá.
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