espués de Zelaya, Correa, y después aún, Chávez, Evo y hasta Lugo: ¡Lo que son las casualidades! En días decisivos para Honduras, cuando la vuelta de Manuel Zelaya podría dar un curso insurreccional a la resistencia contra el golpe de Estado que contó con el apoyo del Pentágono y de parte del Departamento de Estado, Associated Press (AP) descubre, edita y difunde junto con la policía colombiana un supuesto video de Jorge Briceño, Mono Jojoy, de la directiva de las FARC. Sin vueltas ni precauciones de lenguaje, Jojoy habla en este nuevo fruto de la fértil imaginación policial de una supuesta financiación a la campaña electoral del presidente Correa, de la ayuda de Chávez y de documentos que, para que no existan dudas, define comprometedores para nuestros amigos. El colombiano El Espectador titula con una exigencia del ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, destituido por una movilización popular, que ahora quiere ser el eje de la derecha antiCorrea. Más que un título, es un llamado a los militares a repetir lo de Honduras, pues reclama ¡Que renuncie Correa y que lo capturen!, dando por auténtico todo lo que presentan los servicios colombianos y estadunidenses. El ecuatoriano El Comercio toca la misma tecla, pues asegura que Correa recibió fondos de las FARC y expresa su nostalgia por la base –ya cerrada– de Estados Unidos en Manta, en el norte de Ecuador. Expresso, en cambio, informa que la policía desalojó a los empleados del aeropuerto de dicha base, y El Universo nos dice que la misma, inaugurada en 1999, vio partir el sábado su último vuelo. Lo que hay detrás de todo esto es una aguda contradicción entre Obama y el establishment de su país. El Mercurio informa al respecto que Hillary Clinton se opone a la relección de Insulza, secretario de la OEA, quien les salió desobediente, y que se opone a que Zelaya retorne a su país. Incluso, a declarar golpistas a Micheletti y sus cómplices, porque eso la obligaría a suspenderles toda ayuda militar... De ese modo, estamos ante un plan en marcha de alcance continental.

ás allá del aspecto diplomático –ampliamente discutido luego de la intempestiva decisión del gobierno canadiense de imponer visas a los viajeros mexicanos–, la relación entre México y Canadá –miembros del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)– acusa profundas desigualdades y exhibe marcadas desventajas para nuestro país en el aspecto económico y, por ende, en el social.

ara mí la izquierda partidista está representada sólo por el PRD, el PT y Convergencia. El PSD es sólo un grupúsculo que en muchos lugares sólo sirvió de alcahuete de partidos derechistas, como el PAN en Iztapalapa o el PRI en algún estado. ¿Cómo le fue a esa izquierda en las pasadas elecciones? Hay mucho que distinguir. Ante todo, el conflicto interno del PRD y sus resultados en la justa electoral. El papel que asumió el movimiento cívico lopezobradorista. La intervención ilegal de ciertas instituciones en el desarrollo de la elección, en particular el TEPJF. La necesidad para la misma izquierda de poner a salvo el registro de dos partidos integrantes del frente de izquierda, PT y Convergencia.

a habíamos mencionado la cifra de 29 mil 200 barriles diarios promedio, en 2008, como la grandiosa producción de Chicontepec. Cientos de pozos contratados con trasnacionales, y ahora mil pozos más contratados en este año, sólo producen la cantidad mencionada, que es el uno por ciento de la producción nacional.

n 2006, según los informes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), 4 mil 913 mexicanos pidieron asilo político o refugio a la oficina de inmigración canadiense (Office of Immigration and Refugee, IRB). Este dato colocaba en ese año a los mexicanos como el primer grupo nacional en pedir protección al gobierno canadiense. Esa cifra representaba el 21 por ciento del total de peticiones que el gobierno de Ottawa recibió ese año y, además, correspondía al 73 por ciento de las demandas de protección realizadas por mexicanos en el mundo (la mayoría de las restantes al gobierno de Estados Unidos). El dato, sin embargo, va aún más allá y revela que los mexicanos en 2006 eran el undécimo grupo nacional en pedir protección en el extranjero a escala mundial, detrás de iraquíes, chinos, rusos, iraníes, somalíes, pero delante de los colombianos (que se colocaban en el lugar 15 de la clasificación mundial de la trágica carrera ayúdenme, porque mi gobierno no lo hace).

ucho tiempo, mucho dinero y, sobre todo, muchas vidas se han gastado en pensar, en razonar, en entender las limitaciones del mercado. La mayoría de las veces con el ánimo de defender la forma como se organiza hoy –en realidad desde la Revolución Industrial– la sociedad para garantizar su reproducción material.