¡No te rajes, Amalia!
El beso del calderonismo
Ataques a AMLO y Monreal
Los consejos de Zedillo
Ave de mal agüero
Las televisoras y Salinas
Negocios en el IMSS
¿Qué entienden por colapso Calderón y Zedillo?
Lo que viene: IVA en todo y para todos
Chicha o aswa
n una votación dividida, de cinco contra cuatro, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó juzgar a dos altos funcionarios de la administración de George W. Bush, el ex procurador general de ese país, John Ashcroft, y el actual director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), Robert Mueller, acusados de diseñar una red de reclusión y abuso en contra de sospechosos de terrorismo.
Se congratulan por encarcelamiento en caso de pederastia
ecibimos con beneplácito la noticia de que Magdalena García Soto fue condenada a diez años de prisión. Es ejemplar el papel de Miguel Hernández Bautista, juez tercero penal en la ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, en la resolución emitida con relación al expediente 133/2007, por el delito equiparado a la violación, cometido en contra del hijo de la señora Leticia Valdés Martell.
mpecinados en ver en cada escándalo político y en cada crisis que aflora una maniobra electoral, perdemos de vista el hecho central de la coyuntura: el agotamiento acelerado de un régimen que vive sus últimos estertores.
esde el inicio de la infausta crisis sanitaria, magnificada en su alcance y gravedad por el gobierno debido a la ignorancia de las autoridades de Salud sobre la naturaleza y comportamiento del virus A/N1H1, criticamos en este espacio la muy mala condición del secretario de Salud como comunicador.
os últimos acontecimientos, con testimonios de los actores políticos del más alto nivel, nos muestran, sean cuales fueren las explicaciones o excusas de los que denuncian y los denunciados, todos sin excepción, actos que expresan una enorme corrupción política que deja a la sociedad civil desconcertada y con una pregunta en los labios: ¿no tendrán razón aquellos que en manifestaciones multitudinarias exclamaron: ¡Qué se vayan todos!
? O como expresaba el gran poeta político E. Galeano recientemente: ¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés
(La Jornada, 9/05/09, p. 38). ¿Es posible que un país resista tanta corrupción de su clase política como para sobrevivir? ¿No han acaso desaparecido sociedades en la historia que no pudieron alcanzar al menos cierta conciencia crítica para poder evitar la dirección de su caminar que los llevaba al precipicio? ¿Cuáles podrían ser las motivaciones que habría que despertar para impedir que el sonámbulo se destroce?
Miguel de la Madrid, sus confesiones y arrepentimientos, debemos agradecerle habernos liberado de la influenza A/H1N1, ya que entre él y Carlos Salinas desaparecieron el virus en unas cuantas horas.
al presenciar las guerras de fango (seguramente real, en su mayor parte) en las que está enfrascada la clase política, uno se pregunta si es que ésta se ha quedado sin árbitro que les modere la boca a sus integrantes o si se trata también de una campaña de posicionamiento y de imagen destinada a sembrar en la ciudadanía una percepción precisa: el asco.
xiste un consenso sobre la respuesta ejemplar que ha dado la sociedad mexicana ante la alerta sanitaria para enfrentar al virus A/H1N1, pero no la misma opinión sobre la forma en la que el gobierno mexicano ha manejado los datos acerca de la evolución de la enfermedad. Cuando la noche del 23 de abril José Ángel Córdova, secretario de Salud, alertó sobre la epidemia y se establecieron las medidas iniciales de prevención, incluida la suspensión de las actividades escolares, la primera reacción fue de pánico; pero aun así, todos los mexicanos cumplieron al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades. La manera de manejar una contingencia sanitaria debe incluir, sin dudarlo, la información oportuna y confiable a la población, para que las comunidades afectadas puedan protegerse y saber qué hacer en cada momento. Sin embargo, éste no ha sido el caso.
n un panel del Festival Literario del Pen Club celebrado recientemente en Nueva York, escuché decir al joven novelista peruano Santiago Roncagliolo, ganador del premio Alfaguara, que una diferencia fundamental de la nueva generación de escritores de América Latina con las muy anteriores es el afán de apartarse de la constante de la historia pública que atrapó a los abuelos con todas sus anormalidades y desmanes. Por el contrario, los nuevos lo que buscan es desprenderse de esa costra de la historia y vivir una nueva clase de aventura imaginativa, alejada de toda frontera; un poco no ser de ninguna parte, y por tanto, no ser de ninguna historia en particular.
ames Joyce inició su obra hipervanguardista el mismo año que vio la luz Ulysses (1922). En sucesivos fragmentos empezó a aparecer desde 1924 y hay un archivo dedicado sólo a su tecnogénesis. Hace 70 años dos días, el libro vio la luz pública. El autor murió en Zurich el 13 de enero de 1941, a los 59 años, de una úlcera perforada, mal cuidada y peor diagnosticada. La guerra impidió lo único que a esas alturas le importaba: lograr que su hija Lucía, recluida en un hospital siquiátrico en la Francia ocupada, pudiera estar cerca en una clínica cercana a Lausana. Sus incansables gestiones, que le tomaron casi dos años, se frustraron.