Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Dos poemas
NAOMI SHIHAB NYE
Palestina hoy
NAIEF YEHYA
Concertación chilena: ¿fecha de caducidad?
GUSTAVO GORDILLO e IGNACIO LOZANO
El título es el peligro
RICARDO BADA
Leer
Columnas:
Galería
LIVIA DÏAZ
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
Corporal
MANUEL STEPHENS
El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ
Cabezalcubo
JORGE MOCH
Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO
Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
|
|
Felipe Garrido
En tren
Me acomodé en la parte baja de la litera, apagué la luz, aflojé el cuerpo, cerré los ojos. Me dejé llevar por el bamboleo y por el redoble. Hice lo posible por quedarme en blanco; por olvidar aquel pueblo; dejar atrás todo lo que había sucedido.
–Quiero entregarme a ti –creí escuchar muy cerca, a mi lado, a mi oído, y abrí los ojos. Un filo de luz que entraba por debajo de la puerta ponía brillos y sombras en la pequeñísima habitación, pero el pasillo estaba en silencio. La noche había cerrado ya tiempo atrás.
–Enteramente; sin condiciones –llegó el murmullo como si viniera de la almohada, de algún pliegue olvidado en el recuerdo, de la penumbra que me abrazaba.
Alcé la cortina y vi la silueta de la cordillera. Debía haber luna. A veces asomaban en las montañas las luces de algún caserío, arrimadas unas a otras como si tuvieran miedo de estar solas. Antes de quedar dormido volví a escuchar el mismo soplo:
–Quiero entregarme a ti, como a la muerte. |