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Entrevistado en diciembre de 2007, José Auth es Secretario General del Partido Por la Democracia (PPD) y experto en encuestas políticas. -Según las encuestas que recién has realizado, ¿qué piensan los chilenos sobre los riesgos que corre la Concertación en las próximas elecciones? -En primer lugar que la Concertación no es sólo el acuerdo de cuatro partidos en la cúpula, sino una coalición que, desde hace poco más de dieciocho años, ha venido convocando a un electorado más allá de los propios partidos. Esta es la fuerza de la Concertación que, además, desincentiva a que un partido se desligue de la coalición, porque tendría un costo electoral brutal para el partido que decidiera salirse y recorrer un camino propio.
-Da la impresión que para todos los partidos en Chile los grandes ausentes son los jóvenes. -Sí, definitivamente. Debe existir un pacto con los jóvenes, porque son el déficit mayor de esta democracia. Chile cuenta con 2 millones 700 mil jóvenes entre dieciocho y treinta años de edad, de los cuales, sólo poco más de medio millón ejercen sus derechos ciudadanos. La derecha le teme a la juventud y siempre ha rechazado la idea de que los jóvenes, al cumplir dieciocho años, automáticamente tengan el derecho al voto, que es lo que en el PPD venimos proponiendo desde hace tiempo. -¿Para algunos críticos y simpatizantes, el pacto que dio origen a la Concertación está envejeciendo? - La Concertación tiene muchos funcionarios cuidando el empleo, en lugar de arriesgar e innovar. Hay políticos que prefieren no lanzar iniciativas y establecen una inercia conservadora. El mal de la Concertación es que los partidos se han ido estatizando, los funcionarios públicos se desentienden de sus militancias y actúan, razonan y se comprometen como entes lejanos a ellos. En ese sentido, hemos ido perdiendo nuestro vínculo con la sociedad fuera del Estado. -¿Cómo se está preparando la Concertación para las elecciones que vienen? -Lo que debemos buscar, creo, es "la democratización de la democracia", es decir,el conjunto de iniciativas que saquen a la democracia representativa de sus límites y eso tiene que surgir a partir del cambio del sistema político, que incluya, también, un plebiscito en las comunas (los municipios) para elegir a las autoridades regionales.
-¿Cuál es su balance en relación con el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet? -La presidenta enfrenta un cuadro distinto respecto al desarrollo impulsado por los gobiernos anteriores de la Concertación que hacen a Chile un país diferente frente al de los años ochenta y noventa. En 2006, la sociedad centra sus exigencias en que las políticas públicas sean de mayor calidad y que los políticos demuestren una actitud nueva. Tenemos, en general, una sociedad más informada, más consciente de sus derechos. Es un ciclo político de transición ya terminado. Ahora los chilenos señalan, por un lado, lo bueno de los éxitos de los últimos años de transición, pero por otro las falencias del sistema político. -En perspectiva: ¿por dónde debería comenzar una nueva ronda de reformas? -Debe empezar por una reforma electoral al sistema binominal. Este sistema binominal impide construir a las mayorías y que se representen a todas las minorías. Es un sistema donde el 60% de los votos, vale lo mismo que un 30%. Está hecho para el empate y la sobre representación de la primera minoría. Este sistema implica que en las elecciones parlamentarias, por circunscripción, será electo quien tenga la 1° mayoría de cada coalición; sólo podrán ser elegidos dos candidatos de la misma alianza si la suma de sus votos dobla a la 1° mayoría de la oposición. El sistema binominal es una reforma dura si queremos perfeccionar la democracia. Pero también pienso que debemos avanzar a un régimen semipresidencial. Eso aseguraría la solidez de las coaliciones y la responsabilidad de los partidos en lo parlamentario, lo cual nos llevaría a una nueva constitución.
”Es fuerte la impresión de que la presidenta no era la candidata de la élite partidista de la Concertación y que viene de abajo con una oferta muy fuerte en materia de participación ciudadana. Creo que hay que ser cuidadosos, porque no sé hasta qué punto la Presidenta es la candidata de la ciudadanía. Ella es una militante disciplinada que vivió el exilio y que suspende entonces la militancia. ”Cuando regresa a Chile hace un tremendo esfuerzo por reinsertarse en el país y reconectarse con su partido y logra tener cargos de importancia en el partido (PS), aunque nunca formó parte de la directiva de ese organismo.” |