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Germaine Gómez Haro
La Colección Caixa-Galicia en México
Los bancos españoles se caracterizan por una intensa labor de promoción cultural a través de sus espacios de exhibición, programas académicos, impulso a las artes escénicas y música, y el desarrollo de importantes colecciones de arte moderno y contemporáneo, dentro de las que destacan la Fundación Juan March, Bancaixa, BBVA, Caja Madrid, Banco Central Hispano, Caja de Ahorros, Banco de España, y Caixa-Galicia, cuyo espléndido acervo se puede admirar actualmente en el Museo de San Ildefonso. La muestra, titulada Viento del oeste, viento del este, reúne alrededor de sesenta y cinco piezas de veintidós artistas gallegos, diecinueve del resto de España y dos portugueses, cuya presencia obedece a la estrecha relación que ha tenido Galicia con este país vecino. Si bien el título de la muestra incluye la especificación “Con obras de Picasso, Miró, Dalí…”, da la impresión que esto funciona más como eslogan publicitario que como reflejo del contenido sustancial de la muestra. De estas figuras clave de las vanguardias históricas se presentan dos magníficas obras de Dalí y Miró, y tres de Picasso –una pequeña naturaleza muerta y dos dibujos– las cuales, a decir verdad, dejan mucho que desear. He escuchado comentarios de visitantes que se han mostrado decepcionados al no encontrar una participación mayor de estos grandes maestros, sin embargo, desde mi punto de vista, lo fascinante de esta muestra es precisamente la presencia de otros creadores poco conocidos o enteramente desconocidos en México cuyas obras resultan una gratísima sorpresa.
La exposición da inicio con una escultura de Juan Muñoz realizada en fibra de vidrio y poliéster, técnica que desarrolló ampliamente para representar a sus personajes misteriosos y perturbadores, como es el caso de este chino un tanto siniestro que aparece riéndose frente a un espejo. La primera sección del recorrido agrupa a los precursores como Hernando Viñes, Carlos Maside e Isaac Díaz Pardo, autor este último de dos escenas enigmáticas y lúgubres que remiten al espíritu de la España Negra, en particular a las atmósferas sombrías de José Gutiérrez Solana. Llaman la atención también las composiciones abigarradas y aparentemente caóticas de José Otero Abeledo Laxeiro, quien desarrolló la llamada “estética del granito”, basándose en las figuras pétreas de la imaginería popular románica.
Parella, Luis Seoane
Foto: cortesía del Museo de San Ildefonso
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Varios artistas gallegos destacaron como figuras emblemáticas en el medio cultural de su región natal y fueron fervientes combatientes en la Guerra civil, por lo que se vieron forzados a salir al exilio tras la derrota republicana. Arturo Souto llegó a nuestro país y fue maestro de numerosos artistas mexicanos, entre ellos Gironella. Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, figura central del movimiento Xeración Nos sobresalió como caricaturista político, como se puede apreciar en la serie de tintas que se incluyen aquí; éste partió a Buenos Aires, como también lo hicieron la surrealista Maruja Mallo y Luis Seoane, quien realizó obra mural pública en esa ciudad. En mi opinión, las dos piezas más espectaculares de la exhibición han sido estratégicamente colocadas juntas en una sala: se trata de una imponente pintura de los años ochenta del mallorquín Miquel Barceló –el artista español contemporáneo de mayor proyección internacional, quien ha sido motivo de una reciente polémica por su trabajo realizado en la cúpula de una nueva sala en la sede de la onu en Ginebra–, pintura rebosante de carga matérica que dialoga con una monumental escultura de más de dos metros de altura de Francisco Leiro, tallada en madera con aplicaciones de resina que presenta un personaje colosal que me recuerda inevitablemente las impresionantes figuras de Germán Venegas, uno de nuestros mayores escultores contemporáneos.
La última sala es un delicioso y afortunado recorrido por la pintura abstracta de la llamada Nueva generación. Aquí se presentan piezas de gran formato de autores muy reconocidos, como Miguel Ángel Campano, José María Sicilia, Antonio Murado, Soledad Sevilla, Juliao Sarmiento, Antón Lamazares, Carmen Calvo y José Manuel Broto. Con estos ejemplos queda patente la gran diversidad de posibilidades que se derivan del arte no figurativo, en lenguajes tan variados como el informalismo, el expresionismo, el collage, las composiciones atmosféricas y espaciales, en la práctica de técnicas muy diversas y en ciertos casos inesperadas.
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