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Las razones de la guerra olímpica de Georgia (I DE II)
ATAQUE SORPRESA
El caso parecía claro: el ruin gobierno ruso aprovechó la inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing para atacar a un vecino débil, un Estado democrático y amigo de Occidente que simplemente quería defenderse de una serie de agresiones dirigidas por Moscú. El mundo reaccionó al unísono, condenando ese grotesco crimen. Los entonces candidatos a la presidencia estadunidense, Barack Obama y John McCain, criticaron con severidad a Rusia. El origen del problema es que las provincias georgianas de Abkhazia y Osetia del sur obtuvieron una especie de independencia de facto, y son patrulladas por tropas de paz rusas desde principios de la década de los noventa. Esta partición es una herida para Georgia. La versión oficial de los sucesos de la “ guerra de los cinco días” recitaba que el 7 de agosto de 2008 separatistas prorusos habían lanzado un ataque con misiles contra ciertas aldeas georgianas, y que las tropas rusas habían penetrado el territorio de la pequeña república por el norte. Los rusos, por su parte, aseguran que si enviaron tropas fue precisamente para proteger a los civiles y a sus fuerzas de paz de las tropas georgianas que bombardearon sus pueblos. El “ataque sorpresa”, que cobró (de acuerdo con el gobierno ruso) mil 500 vidas, fue un fiasco catastrófico, ya que los rusos seguramente tenían al gobierno georgiano infiltrado y habían dispuesto en secreto tropas a lo largo de la frontera.
CON AMIGOS COMO ÉSTOS…
El presidente georgiano, Mikhail Saakashvili, creyó poder recuperar las provincias disidentes en unas cuantas horas, confiando en que los rusos no se atreverían a intervenir debido a la buena relación que él mantenía con el régimen de Bush y con el candidato McCain (su principal asesor para relaciones extranjeras, Randy Scheunemann, era cabildero para esa nación, así como director del Comité para la Liberación de Irak, una organización dedicada a impulsar la invasión de Irak de 2003). El propio ex embajador de Georgia en Moscú durante esta guerra, Erosi Kitsmarishvili, declaró a la agencia Associated Press que, aunque ambas partes tenían la culpa, el gobierno georgiano había comenzado las hostilidades. Según el ex diplomático, quien ha sido desmentido con vehemencia por su régimen, Saakashvili deseaba esta guerra desde hacía cuatro años y creyó que la Casa Blanca daría luz verde para recuperar por la fuerza las provincias disidentes. Supuestamente, en su reunión en marzo de 2008, Bush le dio su apoyo, y el 9 y 10 de julio siguientes la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, aprobó el plan. Ese mismo mes 2 mil soldados estadunidenses fueron enviados a ese país para realizar un ejercicio conjunto con las tropas locales llamado: Immediate Response 2008. Saakashvili mandó 2 mil soldados a pelear en Irak y esperaba que su amigo personal George Bush, lo premiara por su fidelidad y por ofrecer convertir a su país en el “Israel del Cáucaso”, escribe Arnaud de Borchgrave en el Washington Times (4/ ix/20 08). Sin embargo, eu no estaba dispuesto a poner en riesgo su relación con el Kremlin a cambio del “Proyecto Georgia.”
ALIANZAS CONVENIENTES
La otra nación que alentó a Georgia en su aventura bélica fue Israel. Georgia comenzó a comprar armas a Israel desde hace siete años (con la ayuda de préstamos estadunidenses). El ministro de la defensa georgiano, Davit Kezerashvili, es un ex israelí que jugó un papel fundamental en la adquisición de armas, compra de aviones a control remoto (drones) de Elbit Maarahot Systems, el entrenamiento de tropas (entre cien y mil asesores militares israelíes y 110 estadunidenses tenían esa tarea) y acceso a información de sus servicios de inteligencia. Los rusos declararon que el material de origen israelí que confiscaron en esta guerra incluía “ocho tipos de vehículos militares, explosivos, minas y explosivos especiales para limpiar terrenos minados” y un número de drones. Aparte del apoyo oficial israelí, varias empresas particulares de ese país también daban servicios logísticos, entrenamiento y apoyo al ejército georgiano. Parte del acuerdo militar entre Georgia e Israel consistía en que aviones israelíes podrían utilizar dos aeropuertos en el sur de Georgia, para lanzar un ataque preventivo en contra de Irán. La organización de inteligencia israelí, Debka, publicó que el vuelo desde Georgia hasta Irán, pasando por el Caspio, reduciría el tiempo de vuelo a 3.5 horas, y eliminaría la necesidad de pedir autorización a eu para sobrevolar Irak. La relación especial entre las dos naciones llegó a niveles espirituales, como publicó el Jerusalén Post el 12 de agosto, cuando el primer ministro Vladimir Gurgenidze pidió la bendición para lanzar su acción militar a uno de los líderes religiosos más importantes del país, el rabino Aaron Leib Steinman, como escribió Borchgrave.
(Continuará)
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